Moscú / PL
La Cancillería rusa expuso el caso de Cuba como ejemplo de ataque por Estados Unidos con armas biológicas, al referirse a la posible preparación de ese tipo de armas en un laboratorio del Pentágono en Georgia.
Al comentar lo extraño que resultaba el desarrollo por el Pentágono en un laboratorio norteamericano en las afueras de Tiflis de insectos para fines agrícolas, la vocera de la Cancillería rusa, María Zajarova, recordó el caso cubano.
En 1978, Cuba denunció el empleo por Estados Unidos de un avión que roseó plantaciones en la isla con la Roya de la caña para provocar daños en esos cultivos, subrayó la portavoz.
La diplomática se refería a la epifitia que obligó a eliminar todos los sembrados de la caña Barbados 4326, una de las más eficientes en la industria cañera de entonces.
Estados Unidos empleó en 1971 el virus de la Fiebre Porcina Africana, que llevó al sacrificio de 740 mil cerdos, mientras el Moho Azul, el cual llegó a Cuba en telas de tapado importadas desde el país norteño, dañó al 85 por ciento de la cosecha.
Zajarova recordó que esos casos fueron llevados ante organizaciones internacionales, en las que Washington bloqueó la investigación.
La vocera de la Cancillería destacó así la aparición de cada vez más pruebas de cómo el gobierno norteamericano desarrolla en el laboratorio georgiano de Lugara sustancias y agentes biológicos, incluidos insectos, con fines para nada pacíficos.
De hecho, surgen propuestas para analizar si lo elaborado en la citada instalación está acorde con las limitaciones para la producción de armas tóxicas, según lo estipula la Convención para la Prohibición de Armas Químicas, comentó.
La Casa Blanca dedicó unos 42 millones de dólares para crear agentes patógenos que pueden afectar cultivos, sin dejar rastros visibles de un ataque químico y así referirse a una supuesta acción de la naturaleza, destacó.
El exministro georgiano del Interior Igor Guiorgadze reveló en su momento que poseía documentos sobre la participación del referido laboratorio para realizar pruebas con enfermedades mortales para el hombre, con empleo de voluntarios de su país.
A los pacientes se les informó que tomaban antibióticos y otras medicinas, aunque, al parecer, consumieron otros componentes para realizar las referidas pruebas, denunció, por su lado, el ministerio ruso de Defensa, que mencionó muertes por esa causa.