Por Cécile Feuillatre, ambulance Fabian Erik Schlüter
París/AFP
Rusia, nurse Ucrania, illness Francia y Alemania llamaron el martes a la «aplicación estricta de los acuerdos de Minsk», en momentos en que los ataques de las fuerzas separatistas continúan cerca del puerto estratégico de Mariupol, en el este de Ucrania.
«Llamamos a la aplicación estricta de todas las disposiciones de los acuerdos de Minsk, empezando por un alto el fuego total y un retiro completo de las armas pesadas», afirmaron en una declaración los ministros de Relaciones Exteriores de los cuatro países, al terminar una reunión de tres horas organizada por el canciller francés Laurent Fabius en París.
El gobierno ucraniano y los rebeldes firmaron el 12 de febrero los acuerdos de paz Minsk 2 al cabo de negociaciones maratónicas llevadas a cabo con la mediación del presidente francés François Hollande y la canciller alemana Angela Merkel y con la participación del jefe de Estado ruso, Vladimir Putin.
Esos acuerdos preveían un alto el fuego a partir del 15 de febrero, lo que no impidió una ofensiva de las fuerzas rebeldes contra Debaltseve, encrucijada ferroviaria estratégica, que terminaron por tomar.
Los cuatro ministros pidieron también en su declaración, leída tras la reunión por Fabius, el «refuerzo» de la misión de observación de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y la «extensión de su mandato con personal, equipo y financiamiento suplementarios».
Esta misión, desplegada en Ucrania, tiene por misión verificar la aplicación de los acuerdos de Minsk.
La declaración pide asimismo a todas las partes «que aseguren a los observadores de la OSCE el pleno acceso a todas las zonas», así como «un acceso sin restricciones de la ayuda humanitaria».
Un diplomático ucraniano indicó a la AFP que «los rusos no querían esta reunión». Pero «para nosotros es importante mantener la presión política» de Occidente sobre Moscú, agregó.
Ucrania y los países occidentales acusan a Rusia de apoyar a los separatistas proporcionándoles armas y tropas, mientras que Rusia niega cualquier implicación en un conflicto que causó más de 5.700 muertos en 10 meses.
En la zona de combate, el ejército ucraniano dio cuenta el martes de un soldado muerto y siete heridos en las últimas 24 horas.
«El país necesita desesperadamente un alto el fuego. Miles de personas han muerto, miles han sido desplazadas. Necesitamos aportar la paz a esa parte de Ucrania», declaró en Londres la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini.
Preocupación por Mariupol –
En Ucrania, muchos temen que, tras la toma de Debaltsevo, los rebeldes intenten ahora conquistar Mariupol, a orillas del mar de Azov. Kiev acusa a sus enemigos de acumular tropas y armamento en torno a la ciudad.
El frente vivía una situación de calma relativa a pesar de nuevos enfrentamientos en el pueblo de Chirokin, a unos 15 kilómetros de Mariupol.
«Durante la noche, hubo combates con armas ligeras», indicó este martes a la AFP un portavoz militar ucraniano, Dimitro Chali.
Según Kiev, en los últimos días, 20 tanques y piezas de artillería rusa, así como unos 50 camiones militares con municiones cruzaron la frontera ucraniana con rumbo a Novoazovsk, base rebelde situada a unos 30 kilómetros de Mariupol.
Un experto militar ruso, Pavel Felgenhauer, consideró, no obstante, que era poco probable una ofensiva sobre Mariupol. «Es una ciudad grande y para conquistarla no bastarán las fuerzas rebeldes. Hacen falta tropas regulares rusas en abundancia» y recurrir a la aviación para lograr una victoria rápida, declaró a la AFP.
«No es Debaltsevo. En caso de ofensiva, el número de muertos será mucho más alto», prosiguió. «Para tomar Mariupol, hace falta una decisión política y no creo que Rusia la tome por ahora».
En la base rebelde de Parus, cerca de Chirokin, el jefe local, Igor Mavrin, confirmó que desde el 13 de febrero hay «combates diarios», y dio cuenta de tres muertos en sus filas la víspera.
«Novorosia (nombre dado por los rebeldes al este de Ucrania) necesita a Mariupol», dijo Mavrin.
Putin había descartado el lunes un «escenario de apocalipsis» en Ucrania.
«Nadie necesita un conflicto, y mucho menos armado, en la periferia de Europa», declaró.
Pero Mogherini estimó el martes que «Putin se equivoca cuando dice que es poco probable un conflicto en esa zona. El conflicto está ya ahí y debemos encontrar los medios de detenerlo».