Yanuario Gómez
@DiarioCoLatino
Miguel Vázquez, sacerdote de la parroquia del municipio de Arcatao, en el departamento de Chalatenango, fue el encargado de oficiar la misa de este domingo en la cripta de Catedral Metropolitana. El religioso tituló su mensaje: “La fuerza del amor a Dios y al prójimo es la clave para la verdadera liberación del pueblo”, en honor a los mártires Rutilio Grande y el Beato Oscar Arnulfo Romero.
El sacerdote dijo a los asistentes que tanto Monseñor Romero como el padre Rutilio Grande eran de la concepción de que la iglesia debe caminar junto a los pobres y por esa opción preferencial por los pobres soportaron el martirio.
Además expuso que en la actualidad el Papa Francisco comparte esta visión de predilección por los más necesitados.
“El Papa dice en sus mensajes que los sacerdotes debemos oler a ovejas, no quedarnos encerrados en la iglesia”, recordó Vázquez.
El religioso expuso a los asistentes a la misa que como cristianos que aspiran a seguir al pie de la letra los mandamientos de señor, deben leer periódicamente la Biblia para saber dirigir su vida y las de sus seres queridos.
“En la antigüedad, Dios dirigía su palabra al pueblo y eso es lo que vemos en las lecturas bíblicas, pero hoy él nos la da a través de las escrituras y somos nosotros quienes debemos actualizarla y diseminarla en nuestra vida, familia y comunidad esa palabra eterna”, indicó Vázquez.
El sacerdote también recordó las palabras de Monseñor Oscar Arnulfo Romero en su homilía del 4 de diciembre de 1978 en las que comparaba la palabra de Dios con la luz del sol.: “La palabra eterna de Dios tiene que ser como la luz del sol, que sale y alumbra a todos, la belleza de los niños, los montes, pero también la basura, el estiércol que hay en la realidad”.
“A muchos no les gustará que se iluminen la suciedad de la realidad, pero es necesario para que mediante su limpieza se rectifique el camino y continuemos adelante, la persecución, los asesinatos, la represión que vivieron mártires como Rutilio Grande y Monseñor Romero no vienen del aire, sino de un poder hegemónico que está y seguirá por ahí mientras el pueblo desorganizado lo permita”, manifestó el párroco.