Santiago Leiva
Diario Co Latino
Vicente E. se atragantaba con la torreja que comía, sovaldi le constaba digerir cómo Costa Rica nos había dejado sin “Sábado de Gloria” y con un sabor amargo que no se quitaba ni con jocotes en miel. “Chente” resumía, treatment un día después, el sentir de los salvadoreños ahogados de tristeza por la sorpresiva derrota de la Selecta de Playa 1-2 ante los ticos.
No era la caída en sí, ni la forma de perder lo más doloroso, sino el hecho de vetar el deseo de toda una nación de ver a “los Guerreros de Playa” en la Copa del Mundo de Beach Soccer Portugal 2015.
La derrota también se llevó deseos sublimes: Roberto Membreño, el número 5 de la Selección, a sus 37 años sabe que su tiempo con la Selecta Playera ya no será mucho y había soñado con asistir, por quinta vez, a un mundial. “Dios sabrá por qué no se logró la clasificación. No se pudo, pero así es el fútbol. Lastimosamente, no pude cumplir mi sueño de cinco con cinco”, lamentó.
El “pescador” de Rancho Viejo estaba ilusionado con su quinto mundial, pero también todo un país había centrado las esperanzas en una Selección que arrolló cuanto tuvo a su paso, pero que se desplomó y le faltó fortuna en el partido menos indicado.
No falló el planteamiento táctico y tampoco le faltó intensidad a los pupilos de Rudis Gallo. Lo que sí faltó fue suerte y, sobre todo, paciencia para encarar a un rival que planteó un juego inteligente y que logró desquiciar a los azules para que se erosionaran de ansiedad y se los devorara la presión.
Más que la brillante actuación del portero tico, Bladimir Adanis, a quien, seguramente, le levantarán un monumento en Costa Rica, a los pupilos de Gallo los consumió la ansiedad y la desesperación por un resultado.
Hubo también desconcentraciones como la falta innecesaria de Heber Ramos que significó el segundo gol tico, la fragilidad de Abraham Henríquez en algunos tramos del juego y los fallidos saques a la guerra de Eliodoro Portillo.
Pequeños detalles, pequeños errores que no valen como argumentos para crucificar a nadie, pues, salvo ese accidente (como seguramente lo llamará Rudis Gallo), la Azul Playera cuajó una excelente, aunque desafortunada, eliminatoria.
Belice, Puerto Rico, Jamaica y Bahamas se arrodillaron ante el poderío cuscatleco y, para cerrar su honrosa participación, derrotó a Estados Unidos 2-5.
El tercer lugar, sin embargo, solo sirve como un mísero consuelo para confirmar que su pérdida ante Costa Rica solo fue una crueldad de la diosa fortuna.
Agustín Ruiz, en dos ocasiones, Elmer Robles, Rubén Batres y Frank Velásquez anotaron para el triunfo de El Salvador sobre el representativo de los Estados Unidos. En el ámbito individual, Frank, con 15 goles, se convirtió en el goleador del torneo. Además, la Azul recibió el premio Fair Play.
¿QUÉ PASARÁ?
El parón obligatorio ayudará a El Salvador a plantearse con suficiente tiempo su futuro. Habrá que ver si la FESFUT seguirá confiando en el exitoso trabajo de Rudis Gallo y su cuerpo técnico.
También es bastante probable que la Azul se rejuvenezca de aquí a la próxima eliminatoria.
El certamen también reveló que hay jugadores cuyo ciclo está prácticamente clausurado.