Myrna de Escobar
Sabrá Dios
De dónde vienen
O para dónde van
Los pericos de la tarde
Las auroras del tiempo
Contando alegres las
tiernas horas del día.
Cómo ignorarlos
Impedir su lluvia de trinos
Cascada esmeralda
en el vórtice del tiempo.
Siempre a la misma hora.
La gente los mira pasar
En su alharaca constante
Primero asoman los abuelos
A preguntarse
¿por qué los tiempos han cambiado?
¿Por qué los nietos aman el desvelo
Mas no el solaz descanso del alma?
Luego vienen los padres
Cada vez más jóvenes
Zigzagueando de amor
En su rumba tardía
Y cuando por fin
Llegan los hijos
a robarse del horizonte
El sol ruboroso parpadea
El bullicio traspasa el cenit
Regocija a las nubes
Inquieta de envidia a las estrellas
La luna aguarda sus pendientes
Otro día empieza.
¡Quién sabe
De dónde llegan
y para dónde va
la música viajera
de los pericos del tiempo!