Oscar López
@Oscar_DCL
El sacerdote Alberto Chávez, vicario de Catedral Metropolitana, instó a los feligreses congregados en la Cripta de dicho templo católico a celebrar el motivo de su fe, permitiendo que Cristo resucite diariamente en sus corazones y en su vida diaria.
“Nuestro testimonio debe ser mostrar lo que Cristo hizo en mi vida, debemos de ser testigos de que Cristo no nos dejó en el sepulcro, debemos ser testigos de la vida nueva que Cristo resucitado nos ha dado”, afirmó el sacerdote.
Chávez agregó que al conmemorar la pasión y muerte de Cristo no es simplemente recordar algo que pasó hace dos mil años, sino es tener claro el sacrificio que el Hijo de Dios hizo por la humanidad. “Cristo nos rescató del poder de la muerte, para darnos vida nueva”, manifestó.
El sacerdote también instó a los feligreses a tener en cuenta la historia de san Oscar Romero, ya que él durante su vida luchó para que los salvadoreños tuvieran mejores condiciones para desarrollarse plenamente, por lo que insistió en que cesarán los atropellos cometidos contra la población menos favorecida.
“Sabemos la historia de nuestro Mártir, sabemos que la última palabra no la tuvo esa bala certera en su corazón, la última palabra siempre la tiene Cristo resucitado, porque es Cristo el que vence a la muerte y vence al pecado”, aseguró Chávez.
El religioso llamó a los feligreses a “abrazar la vida nueva que el Señor nos quiere dar”, ya que es una decisión personal el llevar una vida acorde a las enseñanzas de Jesucristo. “La respuesta que el Señor espera es que podamos ver hacia adelante y que podamos decir que resucitó nuestro amor y nuestra esperanza”, dijo.
Para el sacerdote es importante que a pesar de las condiciones sociales, a pesar de las injusticias, los cristianos deben mantener la fe y la esperanza de que Cristo “nos acompaña en el camino, de eso se trata nuestra vida, ese es nuestro ser de iglesia peregrina, no importan las caídas, las debilidades, hay que levantarnos con la certeza de que alguien ha dado su vida por mí”, concluyó Chávez.