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Madrid/dpa
Seriedad y responsabilidad fueron los dos términos más utilizados por Carlo Ancelotti a la hora de repartir elogios hacias sus dirigidos en los instantes posteriores a la victoria del Real Madrid sobre el Barcelona en el clásico: el técnico italiano pareció encontrar en poco más de un año el equilibrio que tanto buscó en uno de los vestuarios más difíciles del planeta.
El Real Madrid no sólo dio una exhibición de fútbol en el clásico ante su máximo rival, cure sino que ofreció una muestra de madurez, serenidad y equilibrio emocional que hacía mucho no se veía en el estadio Santiago Bernabéu.
“Estoy satisfecho y orgulloso de estos jugadores porque están jugando con una seriedad y una profesionalidad única que yo no había visto mucho en mi carrera como entrenador”, dijo el técnico italiano en rueda de prensa.
“Destaco la capacidad de tener concentración, de seguir instrucciones, de seguir la estrategia, la profesionalidad en la recuperación de la pelota. Es difícil de comparar con otros equipos, pero pienso que esta es una plantilla muy, muy seria”, añadió el entrenador del equipo blanco.
Es posible que el Real Madrid haya conseguido el sábado la victoria más categórica sobre su rival desde la aparición de Josep Guardiola en el banquillo del Barcelona, allá por 2008.
Y también es posible que el Real Madrid celebró el clásico por primera vez en estos seis años sin tener la necesidad de refregarle en la cara el triunfo al rival que se había convertido en obsesión durante los últimos tiempos.
Los futbolistas blancos reaccionaron con tranquilidad y sin exaltación en su regreso al vestuario tras la victoria por 3-1, según fuentes cercanas a la plantilla. Tanto Ancelotti como Sergio Ramos, voz autorizada entre los jugadores, advirtieron en la cabina que el Barcelona seguía siendo el líder de la Liga y que el Real Madrid todavía debía recortar un punto de diferencia.
“Teníamos las ideas muy claras, el Madrid ha luchado por la posesión, hemos dominado y hemos estado acertados de cara al gol. Ha sido un partido bastante completo por parte del Madrid”, analizó Ramos.
El Real Madrid parece afrontar la temporada actual sin tanto peso en sus espaldas. La consecución de la décima Copa de Europa en la temporada anterior despejó sus demonios y la continuidad de un proyecto en el que todos creen por igual, cuerpo técnico, dirigencia y plantilla al completo, promete un porvenir aún mejor de cara al resto de la temporada.
El equipo blanco vivió también un cambio emocional: Ancelotti tuvo la capacidad necesaria como para borrar las asperezas generadas por la tensión habitual bajo el mando de José Mourinho y logró armonía y comunión alrededor del proyecto.
Uno de los mejores ejemplos del cambio en el Real Madrid fue Pepe, quien en su momento estaba consagrado como protagonista de las batallas de los clásicos y estandarte de la crispación en cada clásico y el sábado, después de anotar su primer gol en 21 enfrentamientos contra el Barcelona, se mantuvo tan cauto como el resto de sus compañeros.
“Estamos más fuertes porque entendemos más la mentalidad del míster. Con el tiempo son más automáticos todos nuestros movimientos en el campo. Hoy lo hemos demostrado”, afirmó el central portugués.
El otro representante de la nueva imagen es Isco, quien en el final de la temporada anterior parecía destinado a calentar el banquillo durante períodos prolongados y que en las últimas semanas, ante la lesión de Gareth Bale, entendió que la llave de un buen rendimiento recaía en el sacrificio por el compañero antes que en los lujos de su calidad técnica para los flashes fotográficos.
El joven de 22 años fue un león en la mitad de cancha durante el clásico y al ser reemplazado recibió una ovación tan sonora como inédita por parte del Bernabéu.
El caso de Isco podrá trasladarse también a hombres como Toni Kroos, James Rodríguez y Luka Modric, todos futbolistas de buen pie que entendieron a tiempo que el sacrificio defensivo es tan o más valioso como un pase de 50 metros o una asistencia con el taco.
“Siempre creí que el problema defensivo no es de calidad, sino de sacrificio, de correr”, dijo Ancelotti. “Tengo un equipo serio y profesional que sabe lo que es jugar en el Madrid y sacrificarse”.
