Esta semana se difundieron muchos rumores, pharm y esperamos que sean solo eso, ailment simples rumores, buy cialis de que la Sala de lo Constitucional estaba dividida en cuanto al tratamiento que le darían a los recursos de amparo (casi una decena) que habían presentado, tanto la ex fórmula presidencial del partido ARENA como organismos afines o de ciudadanos partidarios.
A la hora de redactar este editorial no teníamos ningún conocimiento de resolución alguna de la Sala, pero si del rumor, el cual consistía en que dos de cinco magistrados estaban a favor de aceptar los recursos, mientras dos estaban en contra, y que uno aún no se decidía.
El simple rumor ha causado más incertidumbre, luego del 9 de marzo, más que los “berrinches” de Norman Quijano y René Portillo Cuadra, que como malos perdedores, hicieron protestas de calle, e interpusieron recursos en todas partes, para anular las elecciones. La misma noche del domingo 9 de marzo, incluso, hicieron hasta llamados a la Fuerza Armada para, supuestamente, ser parte de un golpe de Estado.
Creemos que ARENA, si bien la ley le permite varios procedimientos, su actuación devela su carácter antidemocrático, y su propósito de corto y mediano plazo: mantener la incertidumbre para afectar al Gobierno que está por concluir su periodo y al Gobierno que inicia el uno de junio.
Y muy remotamente creen que otra instancia que no sea el Tribunal Suprema Electoral, pueda revertir su derrota. Es en esta estrategia que han acudido a la Sala de lo Constitucional, de ahí la preocupación, porque, una decisión a favor de los peticionarios, con la simple admisión de la demanda o las demandas, es darle más motivos al partido ARENA para que incremente la incertidumbre.
Es en ese sentido que los magistrados de la Sala de lo Constitucional deben ser cuidadosos con lo que aceptan y no aceptan, y no digamos sentencien, pues, de lo que se trata es de garantizar la tranquilidad del país, la gobernabilidad.
ARENA puede seguir anunciando por los cuatro vientos lo que quiera, aún el propio día y después que le ponga la banda presidencial a Salvador Sánchez Cerén, al fin y al cabo, en este país existe la libertad de expresión.
Lo que la Sala no puede ni debe hacer es retorcer la ley electoral y darle armas “legales” a ARENA para que reclame lo que no pudo ganar el 2 de febrero ni el 9 de marzo.
La Sala está llamada a contribuir a la estabilidad, por lo que no puede ni debe avalar los berrinches de Norman Quijano, René Portillo Cuadra y el COENA.