Rosmeri Alfaro
@RosmeriAlfaro
Ausencia de un contrato, bajos salarios, no contar con prestaciones laborales, además, enfrentarse a la explotación laboral, son algunas de las condiciones que enfrentan diariamente mujeres trabajadoras de maquila y bordadoras a domicilio en El Salvador.
Por más de 15 años este sector ha desarrollado acciones en la defensa de sus derechos, luego de una “larga lucha” su situación podría cambiar con la aprobación de los decretos ejecutivos que regulan las tarifas de los salarios mínimos para la clase trabajadora a domicilio.
Una bordadora a domicilio recibe aproximadamente $57 mensuales, con los decretos que entraron en vigencia el 1 de enero de 2018, el salario mínimo para este grupo será de $299.30, correspondiente al sector maquila textil y confección.
La reciente tarifa de salarios mínimos para los trabajadores a domicilio fue aprobado por el Consejo Nacional del Salario Mínimo luego que en noviembre de 2017 la Sala de lo Constitucional declarara inconstitucionalidad por omisión, por no haber establecido oficialmente las tarifas salariales para este grupo laboral. La Asociación Mujeres Transformando, que apoya a mujeres trabajadoras a domicilio de las zonas rurales de Panchimalco, Rosario de Mora, Cojutepeque, Santa Cruz Michapa, entre otros municipios, calificó como positiva la aprobación de los decretos 5, 6, 7 y 8; sin embargo, aseguró que aún falta mucho por hacer. Según Monserrat Arévalo, directora de la asociación, es difícil definir cuántas mujeres bordadoras a domicilio existen en el país por lo que es necesario que el Estado realice un censo y mapeo para verificar que se cumpla la nueva conquista de la clase trabajadora.