César Villalona
El mes pasado, sildenafil el Presidente de la ANEP, Jorge Daboub, dijo que no tenía sentido hablar de salario mínimo, “porque tenemos que estar (empresas privadas) por arriba del mínimo”. Pues resulta que lo dicho por el señor Daboub no es cierto.
El siguiente cuadro muestra a seis grandes empresas que les pagan el salario mínimo a muchos de sus empleados y empleadas. Solo mostramos esas empresas para no hacer demasiado larga la lista.
La empresa Almacenes Simán, que pertenece a una de las familias más ricas del país, tiene 3,886 empleados y empleadas en planilla, de los cuales 567 (14.5%) reciben el salario mínimo. El señor Javier Simán, integrante de dicha familia, es incluso tesorero de la ANEP, o sea, compañero de Daboub en la directiva de esa gremial empresarial.
La empresa UNICOMER, cuyo presidente es Mario Simán, tiene 663 empleados y empleadas con salarios equivalentes al mínimo, que equivalen al 39.6% del total empleado en planilla.
La empresa recursos San José tiene 2,763 trabajadores y trabajadoras, o sea, el 40% de sus empleados en planilla, con salarios equivalentes al mínimo. Las otras empresas que aparecen en el cuadro son grandes, algunas de ellas de oligarcas tan ricos como los Simán.
En total, las 6 empresas tienen 18,846 personas en planilla y le pagan al mínimo a 4,181, que representan el 22% del total.
¿De dónde, entonces, sacó el señor Daboud la idea de que las empresas del país pagan más del mínimo establecido por la ley?
Y hay que decir otra cosa. El salario mínimo que se paga en Almacenes Simán, por ejemplo, es de 251.70 dólares al mes. Pero cuando Simán monta su almacén Guatemala, donde la mano de obra tiene la misma productividad que en El Salvador, debe pagar un mínimo de 359 dólares al mes, o sea, 42% más que en El Salvador. Y si el negocio lo monta en Honduras, donde la mano de obra es menos productiva que en El Salvador, tiene que pagar 448 dólares, o sea, 78% más que acá.
En conclusión, los oligarcas salvadoreños, que ganan millones de dólares dinero con sus inversiones en otros países de la región, ganan mucho más acá, donde la mano de obra es más productiva y recibe peores salarios. Por eso quieren que el salario mínimo siga siendo de miseria.