A principios de la semana pasada, los representantes de los colegios privados manifestaron que habían decidido no iniciar las clases semipresenciales a partir del 6 de abril, tal como lo han sugerido los ministerios de Educación y de Salud. Los colegios privados argumentan dos motivos, el primero, que luego de las vacaciones de Semana Santa habrá reuniones familiares y con amistades, y a pesar de que los salvadoreños están tomando las medidas que ya son comunes, como el uso de mascarilla, el alcohol-gel, etc. en algún momento estos pueden olvidarse y existen posibilidades de contagiarse con el virus.
Ante lo anterior, los representantes de los colegios privados dicen que lo lógico es iniciar las labores dos semanas después del regreso de las vacaciones de la Semana Mayor. Esta decisión es muy racional, pues va en la lógica de las cuarentenas preventivas, es decir, esperar los 14 o 15 días para que se manifiesten los síntomas del virus. El segundo motivo que esgrimen los colegios privados es que los docentes no están vacunados. Los docentes del sector público, por cierto, con propiedad, han solicitado al ministerio de salud que sean vacunados los maestros a escala nacional antes de iniciar las actividades educativas. Para ello, solicitan que sean vacunados antes que los soldados y policías.
El Ministerio de Salud ha planificado vacunar al personal de primera línea, entre los que están el personal de salud, soldados, policías y maestros. A pesar de que estos últimos son parte del segmento de primera línea, la realidad es que están en tercer lugar y la prioridad, después del personal de salud, son los uniformados armados; aunque la vacunación depende de la existencia de las respectivas dosis, de las que hoy El Salvador solo ha recibido dos lotes que suman 53,000 dosis. El primero, de 20,000, adquirido con recursos propios por el Gobierno antes de las elecciones del 28 de febrero, y el segundo otorgado por el programa COVAX, auspiciado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta última es la que está en existencia en este momento, pues era de 36,000 dosis, y no se sabe para cuantas personas se han vacunado.
Y es que el Ministerio de Salud no da información precisa. Por ejemplo, en El Salvador han dicho que han vacunado a 25,000 personas, pero no se sabe cuántas más podrían ser vacunadas con las dosis en existencia, pues sin razón alguna mantienen el dato como si fuera un secreto de Estado.
Por cierto, el gremio médico se lamenta de la lentitud en el proceso de vacunación, y es que solo 0.64 % de la población ha sido vacunada. Aunque en Centroamérica casi todos los países, excepto Costa Rica, anda abajo del 1 %. Costa Rica tiene vacunada al 4.87 % de su población.
Dicho esto, es pertinente decir que los docentes tienen toda la razón, no obstante, es decisión al final del Ministerio de Salud el priorizar o no a estos antes que a los soldados y policías.
De igual forma, el Ministerio de Educación debería valorar la propuesta de los colegios privados de no iniciar las clases semipresenciales el 6 de abril, sino dos semanas después, como medida preventiva “anticovid”.
Por lo demás, es necesario decir que es correcto que se inicien las clases, pues eso va a disminuir el estrés, sobre todo en los niños tanto por el encierro voluntario como por la incomodidad de las clases en línea, o porque han sido saturados con guías y otros aspectos relacionados.