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Pese al discurso negativo de la derecha empresarial, política y mediática que promueve y difunde sobre una debacle económica, en el último año en El Salvador se han creado 27 mil nuevos empleos en el sector privado.
Este incremento, si lo llegaran a reconocer los agoreros, dirían que no es suficiente, que hay miles de jóvenes en busca de empleo, lo cual sería cierto, no obstante, ellos prefieren negar el hecho, lo cual ya es perverso. Y es que esa es su estrategia, anunciar por los cuatro vientos que en este país hay un retroceso económico, que el empleo decae cada día.
Si lo anterior fuera cierto, no debería oponerse a que el Gobierno cree nuevas plazas temporales o por contrato, precisamente para atacar la falta de empleo.
Pero el sector perverso también ataca al Gobierno por tener más de cien mil empleados públicos. A través de la Sala de lo Constitucional, incluso, le ha ordenado no crear más plazas salvo las necesaria en educación, salud y seguridad.
Por cierto, ha sido en esas tres áreas, desde el Gobierno de Mauricio Funes, el primero del FMLN, donde ha habido plazas nuevas.
Ante ese panorama catastrófico y de ataques permanentes de la derecha, el Gobierno debe vanagloriarse por los 27 mil nuevos empleos.
Y es que si el Gobierno no lo hace, los otros lo van a ignorar o lo van a desmentir. ¿Por qué? Porque aceptar que hay más empleos es aceptar también que hay inversiones y que la economía no está paralizada como ellos quieren hacerle creer a la ciudadanía.
Que hay más empleos en el sector privado desmonta también aquella afirmación del sector empresarial, que el incremento al salario mínimo que promovió el FMLN, llevaría al cierre de las empresas o no habría más inversiones.
Esta información y otras de carácter oficial y no oficial evidencian que hay más trabajos, y además, la inflación permanece baja.
No es sorprendente, por supuesto, que hay más empleo, pese a la campaña negativa del sector privado, pues, no todos los empresarios están por la desestabilización o la siembra de incertidumbre. Hay un grupo de empresarios que quieren ayudarle al país, y esos son los que están generando empleos, y, por supuesto, pagando impuestos.
