Por: Rolando Alvarenga
Hace unos días, Jorge Quezada, presidente del INDES, reveló en estas páginas que: “el INDES y las federaciones hemos hecho una apuesta clara de ir a Managua 2017 a superar el tercer lugar obtenido en los Juegos Centroamericanos de Costa Rica 2013”. Dicha versión fue contrastada con varias federaciones y estas se desmarcaron de lo sostenido por “El Profe”.
Ahora bien, en lo que a mí respecta –conociendo la realidad de casi todas las federaciones deportivas– considero que es una apuesta ilusoria, porque en los últimos años no se les han dado las condiciones integrales a los atletas para estar soñando tan alto. En este aspecto hay un resto de insumos y mucha tela que cortar, a raíz de las necesidades afrontadas por los deportistas en ruta a los Juegos Centroamericanos.
Y existen algunos factores de peso que hacen que no me tiemble el pulso a la hora de sostener que El Salvador no terminará ni primero, ni segundo en Managua.
El primer factor es la falta de ayuda económica idónea para los atletas y el segundo es que no veo en este contingente un verdadero relevo generacional de peso para la alta competencia. Un nuevo grupo de atletas que nos hagan pensar que iremos a barrer a Managua.
Contados son los atletas salvadoreños que por su alto rendimiento son garantía de oro centroamericano, entre ellos: Jorge Merino (Karate), Julio Salamanca (Pesas), Diego Turcios (Judo), Luis Portillo (Luchas), Marcelo Arévalo (Tenis) y Evelyn García (Ciclismo).
De ahí, no veo un relevo generacional que permita acariciar ilusiones; porque el único caso excepcional es el nadador Marcelo Acosta quien, gracias a un apoyo integral y por estar desarrollándose deportivamente en los Estados Unidos, ha logrado llegar lejos, incluso a disputar los Juegos Olímpicos Río 2016.
Caso contrario los atletas que se están desarrollando en territorio salvadoreño, quienes son estimulados como damnificados a tal grado que recientemente fueron despachados de la Villa Centroamericana porque no había pisto para la comida.
Y hay que agregar que la mayoría de federaciones no tienen capacidad de gestión económica y solo viven esperando que “el maná les caiga del cielo” y, de paso, no hablan ni en defensa propia cuando el INDES no les suelta los recursos. Por lo tanto, no veo por dónde El Salvador pueda pelearle el título a Guatemala y menos quitarle el segundo lugar al anfitrión, Nicaragua. Incluso, coronando su peor tragedia de todos los tiempos, en estos juegos El Salvador podría caer ¡en el cuarto lugar!
*Los conceptos vertidos en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quien los presenta.