@RosmeriAlfaro
Como una masacre y una ejecución de Estado, calificaron organizaciones sociales salvadoreñas la muerte de más de 40 niñas quemadas en el “Hogar seguro Virgen de la Asunción”, el 8 de marzo, en Guatemala, quienes permanecían encerradas bajo llave por haberse intentado escapar la noche anterior.
Defensoras y defensores de los derechos humanos se concentraron frente a la embajada de Guatemala, donde con velas y pancartas se unieron al “plantón mundial” por las menores de edad quemadas, y declarar al Estado Guatemalteco como uno históricamente femenicida y legitimador de la violencia.
“Esto lo hacen con dolo, somos tan machistas en los países latinoamericanos. Algunas mujeres son mucho más capaces que nosotros y debemos reconocerlo, quitarnos ese machismo y verticalismo de darles muerte”, dijo Ricardo Cornejo, presbítero de la Iglesia Luterana Popular de El Salvador.
Según declaraciones de una de las sobrevivientes, estuvieron encerradas durante 10 minutos, lo cual ha provocado indignación y una oleada de críticas contra las autoridades del Estado guatemalteco encargado de operar el albergue y la Secretaría de Bienestar Social (SBS), encargada de la administración.
Una de las hipótesis que maneja la Procuraduría de los Derechos Humanos es que el incendio fue provocado por las propias internas para denunciar abusos sexuales y otros atropellos, a lo que los defensores cuestionan ¿por qué los adultos que se encontraban en el hogar no pudieron forzar un candado simple?
“¿Qué humano se queda de brazos cruzados escuchando decenas de niñas agonizando? Cualquier otra persona es capaz de empezar hasta a martillar la pared con lo que encuentre para zafar las bisagras de la puerta, de usar hasta piedras para quebrar el candado, pero no, esperaron a que se dejaran de oír los gritos para abrir la puerta”, expresaron en un comunicado.
El albergue que tiene una capacidad para 400 jóvenes de ambos sexos, pero se hallaba hacinado con más de 700 menores. El año 2013 fue señalado por violencia sexual por parte de los oficiales que trabajan ahí y entre los mismos menores.
El siniestro se registró solo en el sector destinado a mujeres. Según algunas fuentes, la situación del refugio era tan grave que en diciembre del año pasado el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) sugirió su cierre.
“Es sumamente indignante, ¿hasta cuándo a los países realmente les van a importar los derechos de la mujer, hasta cuándo serán nombrados y no seguiremos siendo ciudadanos de segunda categoría?”, señaló Sara García, de la Alianza por la Salud y Vida de las Mujeres.
Desde el año 2010, el lugar alberga menores de edad en situación de calle, víctimas de abusos o que cometieron algún delito, entre otros motivos que requieren de la protección del Estado.
Algunas de las sobrevivientes fueron reubicadas en otros centros públicos y privados, mientras que otras fueron con sus familiares temporalmente.
Algunas de las menores de edad, víctimas del siniestro, fueron internadas en centros especializados para quemaduras en Estados Unidos.