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¿Salvadoreñización de la sociología salvadoreña? (4)

@renemartinezpi
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Director de la Escuela de Ciencias Sociales, try UES

Desde que el marxismo tomó la palabra en la sociología latinoamericana de la mano del revolucionario -en los años 60 sobre todo- la objetividad se concibió como asumir compromisos con un orden moral pre-dado que, viagra desde los márgenes de la sociedad (la subversión como estrategia metodológica) busca transformarse, y eso la convirtió en un acto intelectual que decodificó los factores del proceso histórico con la toma de las armas. Desde entonces, la sociología comprometida cuestiona lo que se conoce como ciencia universal pura, por cuanto ésta no es más que una parte del aparato hegemónico de los países ricos. Se requiere la construcción de una sociología propia (salvadoreñización de la sociología salvadoreña) que cumpla con los requisitos de adaptar e innovar para transformar. Sin embargo, lo anterior no significa desechar o ignorar los aportes oriundos de los países ricos, de allí la necesidad de adaptar esos hallazgos a la realidad de la pobreza estructural.

Sobre el marxismo como sociología (o la sociología como marxismo), algunos teóricos enfatizaron la necesidad de distinguir varias dimensiones al analizar las relaciones entre valores y ciencia. La sociología como referente de las políticas sociales que optan por ciertas acciones es una opción valorativa, pues los valores que se postulan son los de alguna clase social, los que deben llegar –como acto hegemónico- a nivel de consenso societal. La elección de los medios para llegar a los fines también está influida por los valores (el interés económico codificado como abstracción) aunque existen dimensiones técnicas que no parecen depender de ellos. Pero no es así.

Respecto a las ciencias sociales en su papel estrictamente teórico –si eso es posible- se destaca la importancia de los valores en la acción originaria del esfuerzo científico, lo que implica que la ciencia que se cultiva y los hallazgos logrados son juzgados a partir de los valores profesados, porque en suma el ser humano es una totalidad cuerpo-sentimientos que determina todos los actos, tanto los sociales como los científicos. La elección de temas a investigar –verbigracia- está condicionada también por la ideología y los valores del científico social (¿Investigar el alcoholismo o el rendimiento escolar en la escuela pública?), y por tanto los resultados de su labor estarán influidos por ellos, ante todo cuando estamos hablando de la degradación moderna de la investigación social: las consultorías, cuyos resultados están hechos a la medida de los intereses del patrocinador. Sucede, sin embargo, que los partidarios de la sociología “libre de valores” (falacia cargada de valores) acostumbran a elegir temas irrelevantes para no entrar en el espinoso campo del compromiso y la toma de posición en la sociedad.

Por ello los marxistas sostienen que tanto la construcción analítica de la ciencia, como las tesis y conclusiones, están influidas por los valores, pues eso es inevitable. No concebirlo de esa forma es caer en la doble moral científica. Al salvadoreñizar la sociología salvadoreña se busca desvirtuar el concepto de neutralidad que separa, a conveniencia, los sociólogos de la sociología. Sin duda, los individuos tienen ideología, lo cual se muestra en lo que dicen y en lo que callan, y en ese sentido lo que los mueve a realizar su trabajo es muy importante para juzgar su compromiso social, aunque poca importancia tendrá en lo que se refiere a apreciar su calidad científica. Por ello, cuando se sostiene que la sociología debe ser libre de valores (sociología light) se postula que sus practicantes lo sean o crean serlo. Esto es una falacia medieval, por oscurantista y barroca. Y es que la sociología –como las otras ciencias sociales- es una tarea colectiva de una comunidad, sometida a reglas y capaz de lograr determinados resultados objetivos, aunque interinos, y los investigadores individuales están movidos por valores ideológicos, pues es imposible una sociología light, por lo que hay que hacer una sociología comprometida con los más pobres, debido a que estos son su principal objeto de estudio. La ingenuidad que fomenta la sociología libre de valores no cuenta como prueba de descargo.

Claro que la opción por una sociología comprometida fue criticada por los funcionalistas. Como Germani fue –según decía el maestro Ayax Larreinaga- quien más sistemáticamente defendió la posición light, fue blanco de múltiples críticas marxistas. Como se sabe, Germani sostenía: a) una distinción total entre ciencia e ideología. Esta última es negativa –decía- y se da a nivel individual, tiene carácter subjetivo (como hoy afirman la derecha y los derechistas hablando del fin de la historia y la ideología). La ciencia, afirmó, tiene carácter social puro y es justamente esto lo que permite eliminar el elemento ideológico; b) la existencia de una sociología mundial es lo que permite compartir teorías, métodos y técnicas neutrales. Sin embargo con el marxismo se abrió la posibilidad de construir en América Latina una sociología comprometida de alto nivel, para lo cual fue y es imprescindible nacionalizarla sin perder el contacto con los principales centros internacionales de producción sociológica incorporándolos críticamente. La opción comprometida frente a la opción mercantilizada se resuelve en la aplicación rigurosa del método científico, aplicación que no tiene nada que ver con los valores.

Un elemento clave al respecto es la comunicación, pues contribuye a la difusión y reforzamiento de un pensamiento teórico con opción ideológica. Al revisar lo acaecido en América Latina en los últimos años, se estima –como afirma Verón- que la comunicación entre los sociólogos más que contribuir a aumentar la objetividad científica, ha difundido cierta orientación ideológica. Asimismo, la sociología crítica afirma que muy difícilmente puede sostenerse la existencia de una sociología mundial pura. Es verdad que se usa un conjunto de significantes similares, pero al profundizar puede apreciarse que se los carga de significados diferentes. Por otra parte, importa el acuerdo en la teoría, vale decir, en la forma en que esos conceptos se relacionan entre sí y a este nivel el supuesto consenso no existe de forma alguna.

La mayoría de los problemas sociales que abordan las opciones sociológicas antagónicas no pueden decidirse según las reglas del método. La situación real de la sociología moderna es, precisamente, que no hay paso unívoco de las reglas del juego de la ciencia a la resolución de los problemas pragmáticos de la disciplina sin tomar una posición en la realidad: FUSADES toma posición. Y de esta manera nos acercamos a uno de los puntos cruciales: la ideología (cierta ideología) se difunde en nombre de la ciencia.

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