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Tras haber superado las pruebas físicas y pendiente del examen teórico, el árbitro salvadoreño de baloncesto, Mario Granados se mantiene a la espera de refrendar su licencia de la Federación Internacional de Baloncesto, como réferi internacional. Es uno de los pocos referentes nacionales en esta exigente profesión, expuesto a la constante desaprobación del respetable que desde las graderías del “Adolfo Pineda”, no le deja pasar ni una.
Localmente inició su trayectoria en 2008 en donde con el transcurso de los años se fue ganando el reconocimiento de sus superiores y adquiriendo más responsabilidad jerárquica para pitar en partidos de mayor nivel. A estas alturas y con el paso de los años, Granados ya tuvo la oportunidad de dirigir en cinco pre mundiales celebrados en Estados Unidos, Chile y México. También en Juegos Deportivos Centroamericanos, en torneos Centrobasket y torneos juveniles del área.
Expresa estar en la fase de revalidación en este proceso que toca hacerlo cada dos años, en donde solo hay espacio para un salvadoreño, reiterando que solo está a la espera de la prueba teórica que deberá hacerla antes del 31 de marzo. Prueba que se hace en línea, pero que a su criterio, “ya pasó lo más complicada”.
Ilustra que anteriormente El Salvador contaba con seis árbitros internacionales, pero la Federación Internacional cambió el formato, depuró el listado y únicamente asignó un espacio para El Salvador, al cual ha optado Granados, cuya licencia se vence este año.
“Solamente tenemos una, pero estamos en gestiones para que nos habiliten una segunda licencia, porque proyectamos pedir la sede de más eventos internacionales en 2021”, explicó Gabriela Mena, gerente técnica y de comunicaciones de la Federación Salvadoreña de Baloncesto. A partir de septiembre de este año, el periodo esta licencia referil tendrá una validez de dos años con vencimiento en agosto 2023.