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Salvadoreños a la espera de la canonización de San Romero, en la plaza San Pedro, el Vaticano. Foto Diario Co Latino/@Arzobispadoss.

Salvadoreños invadieron plaza San Pedro

Engelberto Maldonado
@DiarioCoLatino

La víspera de la ceremonia de canonización de Monseñor Romero, muchos paisanos hicieron vigilia en los alrededores de la plaza San Pedro para ingresar primero y ocupar los espacios más próximos al altar mayor, donde lucían en alto las fotografías de los siete nuevos santos según la institución católica.

Los compatriotas llegaron por el suyo. También muchos latinoamericanos se hicieron presentes porque sienten ciertas las palabras de Ignacio Ellacuría, quien sostuvo que con el Mártir Dios pasó por El Salvador y América Latina.

Los admiradores de San Romero pintaron de azul la mitad de la plaza central en el Vaticano entre el colunnado ocupando los puestos de adelante a disposición de los fieles participantes en la solemne ceremonia que dejó 7 nuevos santos.

Además, el arzobispo asesinado movió también ciudadanos de todo el mundo que de manera individual viajaron para ver elevar a los altares al pastor del pueblo pobre.

Alemanes, franceses, españoles, canadienses, algunos japoneses, laicos y religiosos, filipinos, hindúes e italianos que asistieron por el papa Pablo VI y a su vez por el mártir.

Pero el pueblo, del minúsculo país, habituado a madrugar, esta vez no hizo excepción, pernoctaron en los alrededores sin importar el inicio de la frescura de otoño y la dureza del pavimento.

Un feligrés católico y romerista muestra una imagen de San Romero, al momento de pasar el papa Francisco frente a él, en la plaza San Pedro del Vaticano.
Foto Diario Co Latino/AFP.

Durante la noche algunos repetían “nosotros somos de plan y ladera, estamos acostumbrados a esto, no nos ahuevamos, debemos ser los primeros, no nos deben quitar los mejores puestos”.

Y así fue. Pero este rebaño sorprendió. No fue 7 mil u ocho como esperaba la autoridad eclesial nacional, fue el triple o quizá más. Los ciento 50 metros de la calle Porta Angélilica, a las 5 de la mañana, era invadida por las pieles morenas con distintivos de Mons. Romero y entre ellos algunos blancos, amarillos y negros que se sintieron salvadoreños por la enseñanza evangélica del mártir y por los coros eufóricos de los centroamericanos.

Y no fue la única, porque para ingresar a la plaza son disponibles otros tres accesos, también copados desde temprano por “ovejas” con las mismas características.

Ángel Ernesto Vázquez Barahona dijo tener dos motivos para estar allí antes que el sol apareciera. Como médico ginecólogo aseguró que un neonato que sale del vientre de la madre con un nudo pleno en el cordón umbilical solo tiene como máximo 15 segundos de vida. Debido a su devoción por Mons. Romero, pidió intercediera por su nieto neonato. Aquel recién nacido superó los 15 segundos y ahora tiene cuatro años y crece sano. Para Vázquez Barahona, se trata de un milagro del ahora santo oficial de América Latina.

“Vea cuántos habemos. Romero es nuestra figura que da esperanza para que venga un nuevo país porque el que existe todavía está lleno de problemas como los que denunció hasta su muerte. El Gobierno aún no es democrático, sostiene el médico, quien también es abogado y empleado de Tutela Legal.

La costarricense Marta Villalobos, muy sonriente expresa “soy de Costa Rica, pero amo a El Salvador y los salvadoreños, admiro a Monseñor por su cercanía con los humildes, por dar la vida por el Evangelio”.

“Me dolió tanto un artículo que publicó un periódico con el título ‘Romero no es santo de mi devoción’. Sentí que me dolió algo en el corazón, hablaba del mártir como de un sacerdote común y corriente y eso no es cierto, es muy especial y esos frutos no surgen todos los días”, dijo la costarricense.

De Canadá también hay devotos y admiradores, tanto que a una organización que se encarga de dar asistencia a personas que buscan refugio en Toronto procedentes de países desgraciados como El Salvador, África y Asia, tiene como nombre: “Casa Romero”, en inglés, “Romero House”.

Una servidora muy joven de dicha casa, Jenifer Melntgri, dice que se encuentra impactada por el sufrimiento de los migrantes y Romero House sirve a los más necesitados como lo hizo el santo mártir, expresó.

Erick Fernando Alvarado es un seminarista compatriota que hoy está en Pamplona, España, dice que Romero invitaba a los jóvenes a resistir los placeres de este mundo y oponerse ante los antivalores de la modernidad, expresa que está en la fiesta de santificación porque desea imitar el camino de Vristo, tal como lo hizo el arzobispo asesinado.

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