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Muchos salvadoreños apreciaron desde diferentes partes del país, el eclipse solar que ocurrió la mañana de este 14 de octubre, uno de los puntos de reunión para varias familias fue el Observatorio Micro Macro de la Universidad Don Bosco, en Soyapango, donde además, compartieron en un espacio de aprendizaje a través, de la feria “Exploración espacial”.
Niños, jóvenes y adultos, a través de telescopios, cámaras con filtro y gafas especiales, disfrutaron del eclipse solar anular, conocido como “anillo de fuego”, que ocurre cuando la luna no llega a ocultar completamente el sol, convirtiéndose en uno de los fenómenos naturales más impresionantes.
El eclipse comenzó a ser visible en el estado de Oregón, Estados Unidos, luego en México, algunos de puntos de Centroamérica como Honduras, Costa Rica y Nicaragua, sin embargo, en El Salvador las nubes no permitieron apreciar totalmente el eclipse, donde la luna cubrió en un 83% la luz solar, provocando un oscurecimiento parcial.
Presenciar un eclipse solar anular es una experiencia emocionante y única, pero también puede ser peligroso, por lo cual las autoridades reiteraron a la población que para apreciarlo de manera segura se debía contar con instrumentos que garantizaran la protección de los ojos.
El eclipse que logró su punto máximo entre las 11:39 y 11:43 de la mañana de este sábado, no debía ser visto directamente ni a través de cámaras, binoculares, espejos, lentes para sol, cristales, botellas o telescopios sin un filtro solar adecuado, porque podría traer complicaciones para la salud visual y causar daños permanentes.
Los únicos lentes que funcionan y son recomendados para ver el fenómeno astronómico, son los certificados con el ISO 12312-2-2015, no sirve cualquier otro objeto que no cumplan con las exigencias necesarias.
A diferencia del eclipse total de sol que se observó en El Salvador el 11 de julio de 1991, en esta ocasión la oscuridad no fue completa, hace 32 años el día se volvió noche y algunos animales buscaron donde refugiarse. El próximo eclipse solar será el 8 de abril de 2024
Cuenta una leyenda que el sol y la luna siempre han estado enamorados, pero nunca podrían estar juntos, ya que la luna se levanta justo al atardecer y el sol justo al amanecer, por lo tanto, Dios en su infinita bondad creó el eclipse como prueba que no existe el amor imposible.
