Francisco E. Valencia
@DiarioCoLatino
Cada 4 de agosto la iglesia católica en general, pero, sobre todo los de San Esteban Catarina, del departamento de San Vicente, conmemoran el martirio del sacerdote Alirio Napoleón Macías, asesinado por un escuadrón de la Muerte, cuando el sacerdote salió a recibirlos entre la sacristía y el altar, donde quedó tendido con varios disparos de bala.
«El Salvador, y en las familias y comunidades que le conocimos o sabemos de su vida pastoral y su martirio, un aniversario más de su cobarde asesinato. Asesinato perpetrado por personas armadas -presumiblemente miembros de escuadrones de la muerte», escribió José Alemán.
«Los asesinos del padre Alirio Napoleón Macías pensaron estúpidamente que disparándole lo iban a matar pero su pueblo lo amó y sigue amándolo, lo mantiene vivo y así seguirá», expresó en las redes sociales Reyna Tenas.
En un documental elaborado por la Televisión Educativa, hace diez años, el hermano del sacerdote asesinado recuerda que el padre Alirio, como también le llamaban, fue un hombre que nació en el seno humilde de este pueblo salvadoreño y se consagró a servirlo.
El padre Macías fue también fundador de las Comunidades Eclesiales de Base en los distintos cantones y caseríos del municipio de San Esteban Catarina.
El Padre Macías también fue un músico alegre, un voluntario de Cruz Verde, un miembro de la Asociación Scout de El Salvador y sobre todo, un hombre de fe, comprometido con el Pueblo de Dios, el pueblo asediado en los Cerros de San Pedro, el pueblo desalojado de los Amatitanes, de Calderitas, de San Jerónimo, recuerdan.
Eran lugares, relatan los que le conocieron, donde no habían puesto de salud ni escuela, pero donde domingo a domingo llegaba con él, el mensaje poderoso de Jesús,… que daba esperanza a los pobres y enfermos y ofrecía liberación a los oprimidos y a sus opresores.
El martirio del padre Macías se unió al del sacerdote jesuita Rutilio Grande, recién beatificado, el de Alfonso Navarro y el del padre Rafael Palacios. Todos martirizados por odio a la Fe como ocurrió con el ahora Santo Oscar Arnulfo Romero.
«Ese día que lo asesinaron a él, relató el hermano del sacerdote mártir, Luis Macías, se levantó temprano, platicó con mi mamá, como siempre, ofició la misa en la mañana, y más tarde llegaron a buscarlo los que lo iban a asesinar».
«Hablaron con el sacristán, y el sacristán le dijo al padre Macías que habían unos hombres sospechosos que iban a apuntarse a una misa. -Yo los voy a atender-«, le respondió el sacerdote al sacristán, según el testimonio de Luis Macías.
El hermano del sacerdote mártir recuerda que el prelado llevó a sus asesinos por la sacristía, cerca del vestíbulo, donde estuvieron platicando, y luego le dispararon.
De acuerdo con el testimonio de Luis Macías, fueron tres hombres lo que mataron al padre Alirio.
Investigaciones posteriores establecieron que los tres asesinos eran miembros de la temida y ahora extinta Guardia Nacional, que actuaban como escuadrones de la muerte.
«Yo andaba por Amatitán, cuando oí por las noticias que lo habían matado», relata María Luisa Rosales, de la comunidad Cerros de San Pedro. «Y en ese momento nos fuimos para Sant Esteban Catarina y ya lo hallamos muerto y oímos los comentarios de cómo había sido».
Hoy, a 43 años del asesinato físico del padre Alirio Macías, su trabajo pastoral y su ejemplo comunitario sigue vivo entre sus contemporáneos y las nuevas generaciones de San Esteban Catarina.
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