Buenos Aires/dpa
San Lorenzo de Almagro resolvió su gran asignatura pendiente con la historia al vencer 1-0 a Nacional de Paraguay y alzar por primera vez la Copa Libertadores de América, advice el título más anhelado por el club argentino.
El conjunto conducido por Edgardo Bauza se impuso en el estadio Nuevo Gasómetro de Buenos Aires con un gol de Néstor Ortigoza, advice de penal a los 36 minutos, and que definió la serie tras el empate 1-1 de la ida hace una semana en Asunción.
En un partido cerrado y con pocas ocasiones de gol, el local debió sufrir hasta el final ante el humilde equipo paraguayo para llevarse el título por primera vez en sus 106 años de historia y dar rienda suelta a un festejo contenido durante décadas.
“Pienso en la alegría de toda esta gente.
Nunca había jugado una final así, muchos me decían que era el sueño de sus vidas, que era la vida por esta Copa y hoy se la pudimos dar”, celebró emocionado Leandro Romagnoli, capitán y emblema del club, que continuará posiblemente su carrera en el fútbol brasileño.
Con el título de San Lorenzo, la Copa Libertadores vuelve a estar en poder de un equipo argentino después de que las últimas cuatro ediciones fueran ganadas por brasileños (Internacional, Santos, Corinthians y Atlético Mineiro).
San Lorenzo, cuyo hincha y socio más famoso es el papa Francisco, peleaba hace dos años por mantenerse en la máxima categoría del fútbol argentino. Pero se recuperó, fue campeón del torneo local a fines de 2013 y ahora llegó a la cima de América, un logro que espera ofrendar al argentino Francisco en Roma.
“Esperamos la semana que viene estar ahí, con el papa”, anunció Marcelo Tinelli, vicepresidente y hombre fuerte del club. “Vamos a llevarle la copa, que es lo que habíamos quedado con él”, añadió el empresario y conductor más popular de la televisión argentina.
El título tuvo como gran arquitecto a Bauza, que en 2008 ya había obtenido la Copa Libertadores con la Liga de Quito.
El técnico logró llevar hasta lo más alto a un equipo que durante el torneo sufrió bajas importantes como las de Ángel Correa e Ignacio Piatti, dos hombres clave en el ataque, con cinco goles cada uno.
“Es tiempo de festejar. Somos los mejores de América, lo que este club soñaba.
Hace dos años esta institución pasaba un muy mal momento, pero hoy es hora de que este maravilloso club festeje.
Se lo merece su gente”, dijo el entrenador, que admitió que el plantel no jugó hoy a su mejor nivel.
“El equipo jugó muy nervioso, muy tensionado. Mejoramos algo en el segundo tiempo, pero no rendimos como puede este equipo.
Lo veía en los días previos, jugamos muy nerviosos, pero había que ganar la Copa y la ganamos”, afirmó el técnico.
San Lorenzo llegó a la final luego de una fase de grupos que logró superar con bastante dificultad y sufrimiento: fue el segundo peor clasificado a los octavos de final. El más flojo fue precisamente Nacional, el otro finalista.
Para ambos clubes fue su primera final en una Libertadores, lo que se reflejó en la tensión máxima que exhibió el juego.
Nacional sorprendió de entrada y estuvo muy cerca de ponerse en ventaja. Antes del minuto de juego, tras una serie de rebotes dentro del área, Derlis Orué sacó un fuerte remate que dio en el poste.
San Lorenzo tenía más la pelota y contaba con el aliento de las casi 40.000 personas que colmaron el estadio, pero no encontraba el camino para llegar al arco rival. A los diez minutos, Julio Buffarini intentó con un remate de larga distancia que salió bastante desviado, un reflejo de las dificultades que implicaba generar una situación de riesgo.
Nacional también probaba de larga distancia y tuvo una situación de riesgo en los pies de Silvio Torales, que remató a la carrera desde la medialuna a los 17 minutos.
El local sufrió en el primer tiempo, pero se encontró con un penal cuando una pelota intrascendente dio en la mano de Ramón Coronel, que levantó demasiado los brazos en el área. Ortigoza anotó su único tanto en el torneo al acomodar su disparo junto al palo izquierdo del arquero Ignacio Don, que casi no tocó la pelota en todo el partido.
Desde entonces, San Lorenzo tuvo más espacio para el contraataque, sobre todo por las bandas. Así se consumió el segundo tiempo, en el que no hubo situaciones claras de gol, pero sí mucha tensión hasta el último minuto por la corta distancia en el marcador.