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Gloria Silvia Orellana
@GloriaCoLatino
“Esto es un río de fe”, afirmó Marvin Medina originario de San Luis La Reina, pueblo vecino de Ciudad Barrios en San Miguel, a solo 18.6 kilómetros. Él fue uno de los fieles quienes se unieron a la peregrinación. En sus manos porta una hoja de laurel y al centro la imagen de san Óscar Arnulfo Romero. Caminó desde las cuatro de la mañana para alcanzar a los “romeristas” en Chapeltique, última estación antes de llegar a la cuna del profeta mártir.
“Para mí, la peregrinación tiene su propio brillo especial, es una sensación de paz y la esperanza entre los peregrinos de que algo bueno va a pasar en nuestro país. Estuve en la peregrinación de 2017 y 2018, pero esta es especial porque ya es santo. Lo tenemos a él y como debe estar con nuestro Dios, monseñor Romero va a estar intercediendo por su pueblo, por nosotros y así poder vivir en El Salvador que todos merecemos, como él quería. Yo creo que tenemos que doblar las rodillas y pedirle a monseñor Romero ese milagro de la paz”, afirmó.
La jornada de tres días de peregrinación preparada por el arzobispado de San Salvador, inició el 1 de agosto con la misa de envío oficiada por el arzobispo José Luis Escobar Alas, quien señaló: “nosotros, dichosamente, hemos visto de cerca a uno de estos enviados del Señor, me refiero a monseñor Romero y otros que ahora están camino a los altares”.
La Tercera Peregrinación a Ciudad Barrios denominada: “Caminando con San Óscar Romero, semilla que germina en nuestra tierra y produce frutos de justicia, fraternidad y paz”, se realizó los días 1, 2 y 3 de agosto y participaron diversas parroquias de las vicarías en la ruta hacia el pueblo natal del obispo mártir. El recorrido incluyó a San Salvador, Cuscatlán, San Vicente y San Miguel; y en especial las comunidades de las iglesias (laicos), quienes atendieron con alimentos, agua y colchonetas el paso de los “romeristas”.
“Ellos han dado su vida, indicando el camino y se esforzaron entregando hasta la última gota de su sangre para construir el reino de Dios, para que la salvación sea para todos y que haya conversión y santificación”, reafirmaba en su homilía de inicio de la peregrinación monseñor Escobar Alas, en la cripta en donde reposan los restos del primer santo de El Salvador, en Catedral Metropolitana, que cumple su primer año de canonización y el 102 aniversario de su natalicio (15/08/1917).
Foto Diario Co Latino/Guillermo
Martínez.
El calor extremo de los últimos años, efecto directo del cambio climático y la ausencia de una Ley General de Agua no privatizadora fueron los temas de fondo en la Tercera Peregrinación, que enfocó a san Óscar Romero como semilla, raíz y fruto de la tierra salvadoreña. Por lo que en toda la ruta el cardenal Gregorio Rosa Chávez invitó a sumarse a cuidar la “Casa de Todos”, como ha solicitado el papa Francisco (Laudato Si), donando y sembrando árboles para reforestar el “Camino de Monseñor Romero”, señaló.
Kelvin tiene once años, pero una condición genética lo mantiene en una silla de ruedas, es originario de Ciudad Barrios y junto a sus padres y hermanos llegó a Chapeltique, para peregrinar por san Óscar Romero los últimos 16.7 kilómetros de la peregrinación. “Me emociona monseñor Romero”, afirmó mientras recibía reconocimientos de los romeristas que iban a su paso. Las calles de largas pendientes y pasajes sinuosos empedrados lucieron el color amarillo, blanco y verde con la imagen de san Óscar Arnulfo Romero, todos los carteles daban la bienvenida a los peregrinos que alcanzaron su meta a las doce con treinta minutos del medio día. La escena era acompañada de nubes de lluvia que dieron sombra a miles de feligreses, quienes buscaron abastecerse de alimentos, agua y descanso, antes del oficio religioso que inició a las dos de la tarde, frente al atrio de la iglesia que lleva ahora el nombre del profeta mártir.
“San Romero ha dado frutos porque hundió sus raíces en Dios”, predicó el obispo de Santiago de María, Usulután, William Ernesto Iraheta, al referirse a la pastoral y modelo de vida del mártir al Evangelio y que ha trascendido “en semilla del Reino de Dios”, al mencionar que el martirio del santo salvadoreño se basó en la teología del testimonio a la fidelidad de la ley de Dios.
“Como cristianos ¿hasta dónde estamos dispuestos a llegar en la defensa de la ley de Dios? El ejemplo más claro: la Ley del Agua, ¿hasta dónde estamos dispuestos a defender la ley de Dios?, porque el dueño del mundo y sus hijos quiere ponerle un precio, y debemos estar atentos porque, aparentemente es un tema que está quieto, y cuando por encima el agua está tranquila, no sabemos cómo está abajo”, argumentó. Sobre el modelo de su santidad, el obispo Iraheta señaló que monseñor Romero siempre superó el miedo a la violencia en su contra, por la fe que tenía a las santas escrituras y a Jesús, desde donde predicó una nueva forma de hacer Iglesia.
“Por fe nos hemos quedado, por fe hemos peregrinado, por amor a san Óscar. Esto es importante y no perdernos en la perspectiva, por eso él animaba a la entrega constante; entonces animarse a hacer el trabajo del Señor, porque es la única garantía de la justicia social, debemos imitar a San Óscar Romero”, reiteró.
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