A 42 años de su muerte
Rebeca Henríquez
Colaboradora
@DiarioCoLatino
Condenado por ser fiel defensor de los derechos humanos del pueblo durante el conflicto político social que atravesó El Salvador en el período de la pre guerra civil, y en el auge de su misión, Monseñor Romero murió bajo la prédica de la palabra de Dios el 24 de marzo de 1980, a causa de un disparo propiciado por los escuadrones de la muerte, razón por la que muchos salvadoreños recuerdan su legado.
Como acto de conmemoración del 42° aniversario del asesinato de Óscar Arnulfo Romero, conocido como el “Santo de América”, feligreses católicos se unieron temprano este jueves en el hospitalito de La Divina Providencia para iniciar una peregrinación, la cual prosiguió al monumento del Divino Salvador del Mundo, como primera estación, luego al parque Cuscatlán, la segunda, para finalizar en la Catedral de San Salvador con una solemne misa.
Milagro Leiva, religiosa que acompañó la peregrinación, dijo que conoció al mártir gracias a su padre Juan Leiva, quien le enseñó el oficio de carpintería a Monseñor, y recordó la entrega que tuvo con su pueblo en Ciudad Barrios, lo consagró como su “amigo y hermano”. De igual forma, consideró que en el actual contexto del país, el mártir pediría la unión de su pueblo.
“Nosotros lo conocimos, mi papá fue el maestro que le enseñó carpintería a Monseñor Romero cuando estaba cipote, lo conocemos muchísimo, era amigo, hermano de nosotros, y sus acciones las tenemos que transmitir a las generaciones”, aseguró.
A través de sus homilías Monseñor Romero reiteró las diversas causas por las cuales la iglesia católica se debía a los pobres, señaló los actos de violencia contra los derechos de las familias que vivieron el conflicto armado y las defendió, causa por las que luchó a lo largo de su misión religiosa, lo que le dio el nombre de “la voz de quienes no tienen voz”, por su devoción por los más indefensos.
Benjamín Rivas, que también participó de la actividad, dijo estar agradecido con Monseñor Romero por ser su amigo y compartir en su infancia, así como las enseñanzas que le transmitió en vida, razón por la cual el 24 de cada marzo conmemora el martirio que sufrió por estar al lado de su pueblo.
“En primer lugar agradecerle que fue mi amigo, llegaba a mi casa a comer tortilla con frijoles y quesito en un taburete, éramos grandes amigos de él. Hoy estamos conmemorando ese sacrificio que hizo con el pueblo, y por eso es que ahora aquí andamos acompañando la peregrinación”, manifestó Rivas.
Mientras tanto, Linda Mutch, turista que participó en el recorrido a través de las diferentes estaciones, reconoció la memoria, el legado y lo que significó la muerte Monseñor Romero, por lo cual consideró importante que las personas alrededor del mundo le conozcan, por esta razón compartió parte de la peregrinación a través de redes sociales, para que la nación estadounidense conozca más acerca del “Santo de América”.
“Estamos acompañando a la iglesia en este evento ecuménico porque ponemos el respeto, honor y el ejemplo de Monseñor Romero, este es un día fantástico, para recordar la vida, el trabajo y su ministerio”, destacó Mutch.
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