Redacción Co Latino/Secultura
San Pedro y una virgen son las imágenes de bastidor que datan de 1890 aproximadamente y que gracias a los buenos oficios de la Secretaría de Cultura fueron restauradas y entregadas a la parroquia San José de Berlín, en Usulután.
Estas esculturas están talladas en madera policromada con extremidades superiores articuladas y estaban muy deterioradas a causa de la humedad y las polillas, por lo que la Dirección Nacional de Patrimonio Cultural y Natural a través del Departamento de Conservación de Bienes Culturales Muebles se hizo cargo de su restauración.
La entrega fue hecha por el jefe del Departamento de Conservación Jorge Orellana y el equipo de restauradores miembros del Concejo de Asuntos Económicos de la parroquia, encabezada por el secretario parroquial José Castañeda.
Castañeda agradeció la entrega el pasado 27 de octubre y dijo sentirse “admirado” con la restauración de las esculturas.
Orellana agregó que “la importancia de intervenir estas imágenes es porque es un bien cultural religioso, que es parte de una comunidad que tiene un vínculo, a veces hasta emocional, con ellas”.
Y añadió que con la restauración devolvemos el valor para que la gente y sobre todo las nuevas generaciones puedan incrementar esas devociones que se están perdiendo.
Para el restaurador Wilson Alfaro quien trabajó en la imagen de San Pedro, la restauración implicó una limpieza profunda, fumigación, incorporación de faltantes, consolidación de zonas entre otros.
“Teníamos todavía evidencia policroma con el fin de detener el deterioro o craquelamiento e iniciar con el proceso de estucado, el cual nos permite reponer la pérdida de casi un 85% de la base de preparación”, explicó Alfaro.
El restaurador Misael Cuéllar hizo el trabajo en la imagen de la virgen y explicó que cuando inició “a simple vista se podía observar el daño causado por la polilla, la cual era muy evidente en la parte de la cabeza, en específico el cabello y contorno del rostro”.
Algunas de las recomendaciones que dan los restaurados para que las esculturas se mantengan bien conservadas son realizar limpieza en seco con brochas de pelo suave o paños secos, tener cuidado al mover las esculturas, evitar que estén expuestas al sol intenso, no sujetarlas por puntos vulnerables y cuidar de ellas en épocas de mucha humedad, entre otras.
Orellana explicó que para solicitar la restauración de una imagen, la parroquia y comunidad interesadas deben enviar una nota a la Dirección Nacional de Patrimonio Cultural, tras lo cual el Departamento de Conservación inicia el proceso.
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