Luego de recibir las cartas credenciales que lo oficializaron como Presidente Electo de El Salvador, nurse Salvador Sánchez Cerén inició una gira por Centroamérica y algunos países del Caribe, y el Vaticano.
En las reuniones con los mandatarios de los países visitados, Sánchez Cerén pretendía dos objetivos, por un lado, reafirmar los lazos de amistad y por ende las buenas relaciones entre ambas naciones. Por el otro, hacer la invitación, personalmente, a la toma de posesión el uno de junio.
La visita al Vaticano tuvo otros objetivos. En primer lugar, saludar al Papa Francisco, máximo líder de la iglesia católica mundial, quien lo recibió el viernes en el Palacio Apostólico del Vaticano.
En Segundo lugar, abordar el tema de la canonización del Obispo Mártir Monseñor Oscar Arnulfo Romero, asesinado el 24 de marzo de 1980, por un francotirador cuando oficiaba una misa de cabo de año de Doña Sara Meardi.
Por cierto, ha sido el Papa Francisco quien se ha interesado por la reanudación del proceso de canonización de Monseñor Romero, considerado ya por millares como “El Santo de América”.
“Consideró a Óscar Arnulfo Romero un gran testigo de la fe y de la sed de justicia social. Su testimonio se expresaba en las homilías, en las que hablaba de las trágicas condiciones de vida que entonces sufría su pueblo”, manifestó recientemente el Papa Francisco.
La reunión del Presidente Electo con el Santo Padre también logra otros objetivos, que si bien simbólicos, son de suma importancia porque garantizan la continuidad, como ha sido con el Presidente Mauricio Funes, de una buena relación con la Iglesia, en general, y la católica en particular.
Y es que Salvador Sánchez Cerén, pese haber sido guerrillero, y hasta miembro de la Comandancia General, ha resaltado su formación católica Cristiana en su niñez y su adolescencia, por lo que su formación ideológica no riñe con su fe Cristiana.
La Iglesia católica en El Salvador puede estar segura que continuará una buena relación con Salvador y Oscar, de ahí que su reunión con el Santo Padre puede considerarse un compromiso no escrito con el máximo jerarca católico.
Sánchez Cerén, incluso, agradeció por el trabajo pastoral que realiza el Papa Francisco. “Gracias Santo Padre, por hacer brotar la esperanza y la alegría del evangelio al mundo”, expresó el Presidente Electo.
Que Salvador Sánchez Cerén participara como invitado especial en la Ceremonia de Canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II, que se realizó ayer domingo en la plaza de San Pedro, del Vaticano, es otro símbolo que solo augura no solo esa buena relación con la iglesia católica salvadoreña, sino con el Vaticano, lo que despeja los miedos de que en América Latina asuman a la primera magistratura del país dos revolucionarios, dos ex guerrilleros.
Esperemos que estas señales concretas sirvan, además, para desvirtuar, en una parte de la población salvadoreña, la imagen negativa que malintencionadamente construyó la derecha mediática contra la ex Comandancia General del FMLN, sobre todo, de los que peyorativamente bautizaron como los “ortodoxos”, en los que incluía al ahora Presidente Electo.