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Por Alina Dieste
Bogotá/AFP
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, se mostró optimista este miércoles sobre el pronto fin del conflicto de medio siglo con la guerrilla FARC, pero el líder de la oposición pidió revisar el «débil» acuerdo de paz con los rebeldes, rechazado en un plebiscito.
«La paz de Colombia está cerca y la vamos a alcanzar», enfatizó el mandatario en una alocución televisada luego de una esperada reunión con su predecesor, Álvaro Uribe, feroz crítico de los diálogos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas) y gran triunfador de la votación del domingo.
Decidido a buscar «la unión y la reconciliación» en un país polarizado, en el que el «No» ganó por apenas 53.800 votos, Santos agradeció a Uribe su «buena disposición» y aseguró que ya habían sido identificadas muchas de las preocupaciones que motivaron el rechazo al acuerdo.
Sin embargo, el exmandatario (2002-2010) y actual senador insistió en que una «paz para todos» es mejor que «un acuerdo débil» y llamó a modificar aspectos de lo sellado el 26 de septiembre tras casi cuatro años de negociaciones en Cuba.
Uribe, para quien el pacto encamina al país al «castrochavismo» de Cuba y Venezuela, reiteró sus «preocupaciones» por otorgar «impunidad total» y «elegibilidad política» a guerrilleros responsables de delitos atroces.
Tanto Santos como Uribe anunciaron que las conversaciones para salvar el proceso de paz con la principal y más antigua guerrilla del continente continuarán el jueves.
«Todo esto deberá, como es natural, ser tratado con la delegación de las FARC en La Habana», dijo el presidente, que ya envió al jefe negociador del gobierno, Humberto de la Calle, y al Alto Comisionado de Paz, Sergio Jaramillo, a conversar con sus contrapartes.
A la capital cubana también fueron enviados a «consultas» los enviados especiales para el proceso de paz de las Naciones Unidas, Jean Arnault, y de Estados Unidos, Bernie Aronson.
«No más guerra»
«El futuro de Colombia no puede ser la guerra», señaló por su parte en Twitter la guerrilla, que celebró con fotos y videos las «marchas ciudadanas» de este miércoles en una docena de ciudades de Colombia, así como en grandes ciudades extranjeras.
«Las imágenes que llegan de todo el país nos conmueven. Colombia es hermosa y no merece más guerra», se indicó en la cuenta de las FARC.
Decenas de miles de personas marchaban, con velas, flores o banderas blancas, exigiendo al gobierno y a la oposición «un acuerdo de paz ya».
«Estoy en contra de lo que pasó el domingo. Me está doliendo el corazón. La paz no es de Uribe ni de Santos, la paz es de nosotros. Eso me tiene indignado», dijo Alejandro Quevedo, un profesor de matemáticas de 31 años, que asistió a la convocatoria de origen universitario en Bogotá.
«Por todo lo que nos une y todo lo que nos separa», «Ni un paso atrás», «No más guerra, no más víctimas», eran las consignas en el centro de la capital.
«Celeridad»
Santos, empeñado desde hace seis años en la pacificación del país, debe encontrar rápidamente una solución para superar la «zona gris» en que, dijo, está el proceso de paz.
«Quiero insistir en el tema de la celeridad», dijo el presidente, advirtiendo sobre los «muchos riesgos» que conlleva la «incertidumbre».
El mandatario, que la víspera amplió hasta el 31 de octubre el cese al fuego con las FARC que rige desde el 29 de agosto, anunció que éste «puede ser renovado y extendido para garantizar y preservar el principal avance logrado en la negociación: el fin de la violencia y la tranquilidad de los colombianos».
El gobierno está dispuesto a prorrogarlo «cuanto sea necesario», dijo más temprano el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, quien explicó que así puede permanecer en Colombia la misión de la ONU, que según lo negociado debe verificar el cumplimiento del alto al fuego y supervisar el desarme de la guerrilla.
Para Santos, que también se reunió con el expresidente Andrés Pastrana (1998-2002), otro de los promotores del «No», el propósito de escuchar a la oposición es encontrar un camino para culminar y fortalecer el acuerdo.
«El resultado del domingo rechazó los acuerdos pero reafirmó el deseo unánime de paz», apuntó por su parte Uribe.
Enemigos acérrimos desde que Santos, ministro de Defensa de Uribe durante la mayor ofensiva contra las FARC, decidiera dialogar con la guerrilla, ambos políticos se vieron cara a cara después de más de cinco años.
«Es poco probable que Colombia tenga paz si Santos y Uribe no hacen las paces», dijo a la AFP Kyle Johnson, analista del International Crisis Group, aunque aclaró que por sí sola esa paz «no es suficiente» para garantizar el fin del conflicto.
