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@arpassv
Todas las encuestas publicadas durante estas dos semanas otorgan un amplio margen al FMLN sobre ARENA: dos de CID Gallup (10 y 16 puntos), ask prescription dos de CS Sondea (12 y 13 puntos), health una de la UTEC (11 puntos), una de la UCA (15 puntos) y una de LPG Datos (13 puntos).
Todas, sin excepción, confirman que la izquierda ha aumentado la ventaja de 10 puntos obtenida el 2 de febrero y que, de mantenerse esta tendencia, el FMLN ganaría la segunda vuelta por un margen superior al 55% de los votos. Según analistas de estos sondeos, el partido gobernante ha logrado atraer a la mitad de los votantes del Movimiento Unidad y a algunos electores nuevos.
Esto, a pesar de que ARENA corrigió algunos errores de su campaña y –por ejemplo– pasó de criticar visceralmente la gestión del actual gobierno a montarse en sus principales logros, prometiendo mantener y ampliar programas sociales como el “vaso de leche”, la pensión básica para adultos mayores, entre otros.
El partido de derecha también bajó el perfil de su campaña sucia sobre las pandillas y, en general, se mostró más propositivo. Sin embargo, este cambio más bien le jugó en contra: modificar radicalmente el discurso le generó un déficit aún mayor de credibilidad.
Así que el castillo de ARENA se derrumba estrepitosamente, y el desánimo creciente en sus bases y estructuras territoriales sugiere que la derrota podría ser mayor a la que pronostican todas las encuestas.
Por eso, las acciones desesperadas realizadas por personeros areneros durante los últimos días: ataques al Tribunal Supremo Electoral, reclamos sin sentido al Fiscal General y una temeraria campaña sucia que llama a “evitar que El Salvador sea otra Venezuela”.
En vez de intentar locuras, ARENA debería hacer lo que el Presidente Mauricio Funes recomendó a su candidato y a su dirigencia hace un par de semanas: “esperar la derrota, recomponerse y romper su cordón umbilical con la oligarquía”, si quiere tener posibilidades de volver a gobernar en el futuro. Si esto no suceder, aparecerán otras fuerzas de derecha y el “ARENA nunca más” será una realidad.
Y por el lado del FMLN, el triunfalismo no es buen acompañante. El partido de izquierda debe tomarse con serenidad su significativa ventaja en las intenciones de voto y trabajar duro para asegurar su inminente triunfo el 9 de marzo próximo.
