Antes de concluir su mandato al frente de la Fiscalía General de la República, el ahora exfiscal Douglas Meléndez ordenó acusar al expresidente Mauricio Funes de dos delitos más, dar a conocer el ROS, con el que se destapó la corrupción del expresidente Francisco Flores, por haber desviado diez millones de dólares de la ayuda que Taiwán había destinado para los damnificados de los terremotos de 2001, y por el caso de El Chaparral.
A Mauricio Funes la oligarquía salvadoreña no le perdonará nunca que haya procesado al oligarca Billy Sol Bang, y otros, por la venta ilegal de la geotérmica a una empresa italiana, ni que se haya denunciado la corrupción de ARENA, luego que se destapara lo del ROS.
“A funes solo en el cementerio lo vamos a tolerar”, expresó a un allegado suyo el oligarca, amigo del expresidente Funes, y fue esto lo que, según otra fuente cercana, había obligado al exmandatario a asilarse en Nicaragua.
Cierto o no lo anterior, las nuevas acusaciones contra Mauricio Funes, por el tema El Chaparral, pero sobre todo, por el tema del ROS, es decir, el destape de la corrupción de Paco Flores a favor de Arena y otros de la cúpula partidaria, refleja el malestar de la derecha, por haber hecho pública la existencia de un ROS y el presunto delito de lavado de dinero, lo que no perdonan a Funes.
Antes de la acusación la Fiscalía o la Embajada de los Estados Unidos habría filtrado un audio con una conversación entre los expresidentes Elías Antonio Saca y Mauricio Funes, entre otros, donde abordan el tema del ROS y la conveniencia o no de hacerlo público.
El reportaje, además, busca salvar la imagen del expresidente Flores, al ponerlo como víctima de una conspiración de los exmandatarios, y se alejan de la esencia, el desvío con métodos mafiosos de la donación de Taiwán.
Y es que para la acusación contra Funes, por el ROS, era necesario primero victimizar a Paco Flores, y dejar como conspiradores a Funes y Saca.
Las dos nuevas acusaciones contra Funes hacen creíble la denuncia de Mauricio Funes que “hay una persecución, política y judicial de la derecha salvadoreña por haber destapado la corrupción de Arena”.
Es curioso, por cierto, cómo el exfiscal Douglas Meléndez buscó un acuerdo rápido con el expresidente Saca para una condena pírrica, de ser cierto todo de lo que se le acusaba, para dedicarse a tiempo completo contra Mauricio Funes, aprovechando la campaña electoral. Vaya justicia la nuestra.