Por Paula Bustamante/Buenos Aires/AFP
El peso argentino sufrió este jueves la devaluación más fuerte desde la crisis económica de 2002, con el dólar subiendo más de 40%, un día después de que el gobierno de Mauricio Macri borrara de un plumazo las restricciones que regían desde 2011.
Con gran expectativa las pantallas de las casas de cambio marcaron poco después de las 10:05 de la mañana, hora local, 15 pesos por dólar y hacia el mediodía bajaba a 14,20 pesos por divisa estadounidense, una devaluación de casi un 30% de la moneda argentina.
Esta fuerte devaluación pegará a los trabajadores durante la primera parte de 2016 con proyecciones de recuperación a finales del mismo año, estimaron economistas consultados por la AFP.
En el centro de Buenos Aires los cambistas del mercado ilegal seguían como todos los días comercializando la divisa y manteniendo el precio de los últimos días, entre 14,10 y 14,20 para la venta.
En la jornada, se medirá la demanda en la calle y definirá la diferencia con la última cotización oficial de la divisa en este país, cuya moneda tuvo paridad con el dólar entre 1991 y 2001.
A partir de este jueves «cualquier persona podrá comprar dólares», dijo en rueda de prensa el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, al anunciar «el fin del cepo cambiario», que borra las restricciones del gobierno de centroizquierda de Cristina Kirchner, que mantuvo políticas proteccionistas criticadas por el nuevo presidente liberal de derecha Mauricio Macri.
El fin de las restricciones cambiarias era un pedido a gritos de empresarios, el campo y los mercados por las distorsiones que creó para importar y exportar
El economista Nicolás Dujovne dijo a la AFP que la clave del éxito de la eliminación de las restricciones es que «se llegue a un nivel de 14/15 pesos por dólar, que el gobierno no dé marcha atrás con la liberalización y que el traslado a precios no sea demasiado elevado».
Consultores estiman que la intención del nuevo gobierno es que se fije por el orden de los 14,50 pesos por dólar, lo que implicaría una fuerte devaluación con el riesgo de que se traslade a los precios minoristas que llevan semanas con aumentos de hasta 60% en productos de la cesta básica.
Mercado libre, con Banco Central pendiente
«El precio del dólar lo va a decidir mañana el mercado. Pero también va a haber un Banco Central con las herramientas necesarias para intervenir si el dólar sube mucho o baja mucho», precisó el miércoles Prat-Gay, un exejecutivo del JP Morgan de 50 años.
Estimó que ingresarán a las arcas «entre 15.000 y 25.000 millones de dólares en las próximas cuatro semanas en Argentina», superior al colchón de 10.000 millones que se estimaba necesarios para poder liberar la compra y venta de la divisa.
La medida abre la posibilidad a que ciudadanos y empresas puedan comprar «hasta dos millones de dólares sin restricciones», apuntó Prat-Gay. Hasta ahora las personas solo podían adquirir 2.000 dólares por mes.
«El que quiera importar, o exportar, o comprar dólares, lo va a poder hacer, nadie lo va a perseguir», declaró el ministro.
Apuestas en ‘dos’ países
Con una economía estancada, un déficit por encima del 7% del PIB y una inflación que ronda el 30%, según consultoras privadas de la tercera economía de América Latina, «no había mucho margen para continuar demorando esta decisión», señaló un informe de la consultora argentina Ecolatina.
La eliminación del control cambiario en Argentina se suma a una vertiginosa semana en la que en menos de siete días como presidente, Macri eliminó impuestos a empresas del agro e industria.
Además, rebajó en cinco puntos un gravamen (del 35% al 30%) a la soja, el oro verde de este país gobernado en los últimos 12 años por el matrimonio centroizquierdista de Néstor y Cristina Kirchner.
Macri ganó la presidencia el 22 de noviembre con el 51% de los votos contra Daniel Scioli, candidato del kirchnerismo que obtuvo 49%.
En medio de esta batería de anuncios se hizo evidente la polarización en la calle y las redes sociales, donde el hashtag #ChauCepo convocaba reacciones en favor y en contra el gobierno.
En la calle, la administradora de un centro de belleza Rosa Menéndez, de 50 años, opinó que «se trata de una devaluación profunda anunciada pero necesaria. Todo esto es herencia de las malas políticas de los Kirchner».
Pero Guillermo Suárez, dueño de una zapatería, dijo que «estas medidas acabarán con el consumo y la industria nacional».