Giovanna FLEITAS
Santiago/ AFP
Una oda al “valor de la vida”, shop así definió Antonio Banderas a la hollywodense “Los 33”, la película que el actor español protagoniza sobre la épica historia de los mineros de Atacama que en 2010 sobrevivieron tras pasar 69 días enterrados bajo tierra.
El film, que se estrena la próxima semana, busca “poner una lupa básicamente sobre el ser humano y la necesidad de este por sobrevivir” y eso es lo atractivo en un mundo “donde la gente se mata por nada”, reflexionó Banderas este sábado en rueda de prensa en Santiago.
Con esta historia “de repente el mundo entero mira a Chile y trata de empujar para que estos hombres salgan de ahí vivos y todos nos damos cuenta de ese valor intrínseco en la vida”, agregó el actor, que protagoniza la cinta interpretando al minero Mario Sepúlveda, el más histriónico del grupo, aquel que protagonizó cada uno de los vídeos grabados desde el fondo de la mina. La cinta, dirigida por la mexicana Patricia Riggen, llegará a los cines cinco años después del derrumbe que encerró a los 33 mineros de Atacama a más de 600 metros de profundidad, al fondo de una vieja mina de cobre en medio del árido desierto de Atacama, en el norte de Chile. Lo que se suponía era una tragedia minera más cobró ribetes épicos cuando después de 17 días en los que no se sabía nada de los trabajadores un papel emergió con el mensaje “estamos bien en el refugio, los 33”, desatando desde allí una carrera contrarreloj hasta rescatarlos a todos sanos y salvos.
“Tratamos de expresar las emociones, los conflictos, las relaciones que vivieron aquellas personas” que permanecieron encerradas en condiciones parecidas al infierno, según ellos mismos confesaron, comentó de su lado el actor brasileño Rodrigo Santoro, quien encarna al exministro de Minería chileno Laurence Golborne, quien lideró el exitoso rescate. Producida por el estadounidense Mike Medavoy, el film se rodó en una mina de sal en Colombia y en el desierto chileno. Lou Diamond Phillips, que interpreta al minero Luis Urzúa -jefe de turno al momento del derrumbe-, deseó que con la película “ellos (los mineros) se sientan tan orgullosos de nosotros como nosotros de ellos”. En la rueda de prensa también estuvieron presentes la actriz mexicana Kate del Castillo, el español Mario Casas y la chilena Cote de Pablo, quienes viajaron a Chile para participar este jueves del estreno mundial de la cinta. Cuatro días antes, la alfombra roja se desplegará en Santiago para el preestreno, al que asistirán la mayoría de los 33 mineros de Atacama.
Reyes sin corona
Lejos de los flashes de Hollywood los 33 mineros de Atacama han seguido adelante estos cinco años con sus sencillas vidas en suelo chileno. “Hay que esperar a que salga la película y ver cómo nos va”, comentó a la AFP Carlos Barrios, uno de “los 33”.
Barrios sufrió la pérdida de su casa en marzo pasado, cuando un inusual temporal arrasó con gran parte del norte chileno, dejando más de 30 muertos. Otros dos mineros rescatados sufrieron también los embates del temporal.
Acostumbrados a luchar dentro y fuera de las minas, los mineros tienen visiones encontradas sobre la película y los beneficios económicos que ella conlleva.
“Yo no voy a participar de este show”, afirmó a la AFP días atrás el minero Luis Urzúa, molesto porque considera que le fueron arrebatados sus derechos de propiedad de la historia que protagonizó. Mario Sepúlveda fue más cauto, a la espera de la recepción en el público de la película. “Esto es un negocio y una vez que esto empiece a dar sus frutos se supone que debe empezar a haber ganancias para cada uno de nosotros”, dijo a la AFP.
En la rueda de prensa en Santiago Banderas no quiso referirse a las diferencias entre la producción y algunos mineros, pero sí resaltó “la otra historia” que tuvieron que enfrentar los mineros cuando se dieron cuenta que iban a salvar sus vidas y que el mundo estaba pendiente de ellos, alimentando sus esperanzas de contar con una “vida mejor”. Otra película debería realizarse, según Banderas, para narrar lo que sucedió tras el rescate, cuando la mayoría de los mineros retornó al ritmo de sus vidas cotidianas, con las mismas dificultades comunes de antes y lejos de la fama y fortuna que algunos pensaron obtendrían.
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