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Se necesitan políticas públicas alimentarias y menos demagogia

La Canasta Básica Urbana (CBAU) familiar pasó de $247.1 en julio de 2023 a $264.91 en julio de 2024. Es decir, en un año ha aumentado en 7.18%, según datos del Banco Central de Reserva (BCR).

Este dato es importante, porque significa que las medidas del presidente inconstitucional, Nayib Bukele, anunciadas para disminuir los precios de la canasta básica son inoperantes.

El miércoles 17 de Julio, la Asamblea Legislativa aprobó la Ley Especial para Promover Competitividad y Facilitar Acceso a Productos de la Canasta Básica Ampliada, medida con la que el Gobierno salvadoreño pretendía disminuir los precios de los productos al exonerar de aranceles a los productos de la canasta básica y a los fertilizantes, entre otros.

Ha pasado mes y medio desde la aprobación de la ley, y los precios de los productos, entre ellos los vegetales y las hortalizas, no han bajado de precios, al contrario, han aumentado como el mismo BCR lo admite.

Por cierto, eliminar los aranceles a la importación de los productos no es nuevo, pues esto se hizo el año pasado y fue prorrogada el 19 de marzo de este año, así, la Asamblea PRORROGÓ hasta el 31 de marzo de 2026 los beneficios de la Ley Especial Transitoria de Combate a la Inflación de Precios de Productos Básicos, entre ellos la eliminación de los aranceles a la importación de estos productos.

Fue en marzo de 2022, cuando Bukele mandó a la Asamblea Legislativa la Ley Especial Transitoria para el Combate de la Inflación de Precios de Productos Básicos, esto como parte de “las 11 medidas para hacer frente a la inflación mundial”.

Es decir, desde 2022 Bukele ha vendido jugando con las necesidades del pueblo, aprobando y reprobando una ley que no ha tenido el más mínimo impacto a favor de la gente. En tres ocasiones ha aprobado quitar los aranceles, y los precios, como dice el pueblo, siguen por las nubes. Sin lugar a dudas, quitar aranceles a los productos es más que demagogia de Bukele, es una tomadura de pelo a la ciudadanía.

Y si que es una tomadura de pelo, más que demagogia, porque la mayoría de los productos que Bukele y su Asamblea Legislativa les ha “quitado” los aranceles, nunca se les ha aplicado aranceles, es decir, nunca han tenido impuestos de importación.

El conocido economista César Villalona ha dicho, en reiteradas ocasiones, que la mayoría de los productos de la canasta básica alimentaria (22 del área urbana y 15 del área rural) no tienen aranceles, pues se traen principalmente de Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, México y Estados Unidos, países con los que hay tratados de libre comercio.

https://www.diariocolatino.com/bukele-vuelve-a-jugar-con-el-tema-de-aranceles-en-los-productos-basicos/

 

Villalona se une a las voces de quienes piden al gobierno que le quite el IVA a los 22 productos de la canasta básica, tal como se hizo en marzo de 2022 con los combustibles.

https://www.diariocolatino.com/asamblea-aprueba-reducir-el-iva-en-los-precios-de-los-combustibles/

Pero lo que El Salvador necesita son verdaderas políticas para enfrentar el impacto.

El Fondo de población de las Naciones Unidas (UNFPA) informa que en el año 2023 la población rural era de 1.64 millones, y que la Canasta Básica para esta población aumentó un 26%, lo cual es un serio desafío que deben enfrentar dentro de un contexto de cambio climático e inexistentes políticas de fortalecimiento de la agricultura de subsistencia.

Claro, el problema ya no es solo de la población rural, sino de toda la población salvadoreña que tiene que vivir con un salario mínimo de $365 y una canasta básica de $264.91. Esta realidad no se enfrenta ni mucho menos se soluciona con demagogia. Y es que todo lo que Bukele anunció es pura demagogia.

Porque demagogia fue, también, la amenaza que hizo a los comerciantes con llevarlos presos si no vendían los productos como el tomate a 15 por el dólar. Nadie vende tomates a 15 por el dólar, y nadie está preso por no vender los tomates al precio que Bukele ordenó en la cadena de radio y televisión del 5 de julio.

En la misma cadena, Bukele anunció los agromercados estatales para rebajar los precios, hasta hoy, los agromercados creados no logran suplir las necesidades alimenticias de la población, ni tampoco han incidido en la disminución de precios, es decir, el factor competencia ha sido insignificante. ¿Por qué?, porque es discurso, es demagogia.

Lo real hasta el día de hoy, lunes 2 de septiembre, es que para los sectores comercial, industrial e ingenio azucarero, con un salario mínimo de $365.00, la canasta básica familiar es de $264.91, lo que representa el 72.58% del salario, por lo que solo les queda un margen de $100.08.

Ya no digamos para otros salarios mínimos inferiores al del comercio e industria.

¿Cuál es entonces la salida o solución? Verdaderas políticas públicas alimentarias y cero demagogia.

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