Samuel Ama
@SamuelAmaya98
El Centro para la Defensa del Consumidor se pronunció ante el impacto de pérdidas de alimentos que podrían afectar el costo de vida de los consumidores salvadoreños. Además, participó un productor nacional de Tacuba, de Ahuachapán, quien señaló que el cambio climático podría generar un alza en los precios de los alimentos.
El director general del Centro para la Defensa del Consumidor (CDC), Danilo Pérez mencionó que debido al cambio climático, y a situaciones como lo fueron la tormenta tropical Amanda y Cristóbal, se están viendo pérdidas de alimentos, no solamente en El Salvador, sino en la región centroamericana.
En lo que respecta a El Salvador, debido a la tormenta tropical Amanda, “según el Ministerio de Agricultura y Ganadería, se perdieron 22 millones de dólares en cosechas, que afectaron a 20,755 manzanas. Durante la conferencia, los exponentes dijeron que de acuerdo a la Federación de Hortalizas y Frutas de El Salvador se han perdido aproximadamente $6 millones, debido a la depresión tropical ETA, que afectó al 60 % de la producción esperada para este trimestre. Dijo, además, que el frijol, se estima, que se perdió $2 millones, equivalente a 59,436 quintales.
También, Danilo hizo recordar que El Salvador es un país eminentemente importador de alimentos de la canasta básica, sobre todo del país vecino, Guatemala; “este país, aunque aún no cuenta con balances oficiales de pérdidas de cultivo, por los huracanes Eta e Iota, señalan que han sido afectados 59,146 manzanas donde se cultivan productos como maíz, frijoles, tomate, chile, banana, cebolla, yuca, papá entre otros”, dijo.
Entre los más significativos sobre un alza a los productos de la canasta básica se reporta el tomate en los países de Costa Rica Nicaragua y Panamá, que van desde el 147 %, 46.46 % y 35 %, respectivamente. Asimismo, la papa, en Costa Rica, reportó un incremento del 79 %, en Nicaragua el 38 %, en Panamá el 23 % y Honduras con el 14 %.
Estos cambios de precios de los alimentos ponen en mayor vulnerabilidad económica a la población consumidora salvadoreña, en tanto que la COVID-19 ha generado un impacto en las condiciones socioeconómicas de estos. Además, la CDC comentó que el costo de vida en El Salvador es de $700, frente a un salario mínimo de $300 y $200 en el sector urbano y rural, respectivamente.
Por otro lado, Jorge Morales -productor nacional- expresó que solo en el municipio de Tacuba “hay aproximadamente 7,000 agricultores y han perdido casi 2,000 manzanas de frijoles y maíz, y es así en gran parte de El Salvador, debido a esto posiblemente los precios aumenten un poco”.
Y esta situación les afecta más que todo a la jefatura femenina del hogar que tienen niños. Las consecuencias en el corto y mediano plazo incrementan las pérdidas el Producto Interno Bruto por años perdidos en educación, daños a la salud y a la productividad de las personas. Esto hace que haya una mayor migración, al no garantizar los derechos mínimos de sobrevivencia a la familia; por lo tanto, incrementa la pobreza y la inseguridad, por lo cual el CDC, para evitar esas consecuencias, propone: No seguir importando más alimentos y promover las compras a los pequeños y medianos productores nacionales para el consumo local y reactivar la producción nacional. Incrementar la inversión y la asistencia técnica para la producción de alimentos agro sostenibles de la agricultura familiar y pequeños productores que son la mayoría del país. Promover programas con políticas públicas que fortalezcan la relación de mercado directos entre productores y consumidores. Reestructurar las deudas contraídas con la banca y los pequeños y medianos productores de alimentos. A la Asamblea Legislativa aprobar la reforma constitucional que reconozca el Derecho Humano a la Alimentación Adecuada.