Por Daphne Rousseau
Jerusalén/AFP
Cuarenta y tres soldados de reserva de la unidad más prestigiosa de la inteligencia militar israelí decidieron no volver a vestir el uniforme para no tener que participar de nuevo en las injusticias que, viagra sale aseguran, se cometen contra los palestinos.
Se trata de una de las expresiones de objeción de conciencia más importantes en Israel en años.
«Rechazamos participar en las acciones contra los palestinos y continuar siendo instrumentalizados para reforzar el control militar sobre los palestinos y sobre los territorios ocupados», dijeron los 43 oficiales y soldados firmantes, que forman parte de la Unidad 8200.
La misiva, de la que la AFP recibió este viernes una versión sin las firmas, está dirigida al primer ministro y al jefe del Estado mayor israelíes.
«No podemos seguir sirviendo a este sistema y negándole sus derechos a millones de personas con la conciencia tranquila», aseguran.
La carta, que llega tres semanas después del fin de la guerra en la Franja de Gaza, no está vinculada con ella. También denuncia la política global del «régimen» y las prácticas de inteligencia puestas al servicio de esta política.
La NSA israelí
Estos «refuzniks» (término empleado para referirse a los israelíes que rechazan servir), denuncian la «persecución política» en la que participan con su actividad de espionaje.
También hacen hincapié en las normas militares que rigen la vida de millones de palestinos desde hace más de 47 años, en la colonización, y en la hipocresía de una política que evoca necesidades de seguridad para justificarse.
El ejército negó la realidad de estas acusaciones y afirmó en un comunicado no «tener informaciones de que se hayan producido las violaciones específica mencionadas en esta carta».
Este manifiesto procede de una unidad que, por su naturaleza, raramente sale a la luz. La 8200 es una unidad de élite de la inteligencia militar israelí especializada en ciberdefensa y encargada de las escuchas. A menudo se la compara con la NSA (National Security Agency) estadounidense.
La única objeción de conciencia significativa de los últimos años se remonta a 2003, durante la Segunda Intifada, cuando 27 pilotos del ejército del aire se negaron a liquidar objetivos en los territorios palestinos.
Sin poder dormir
«Creo que hemos firmado todos esta carta por la misma razón: porque ya no conseguimos dormir por la noche», explicó una de las 43 firmantes en una entrevista publicada este viernes en el diario Yediot Aharonot, el de mayor tirada.
Otra mujer habla de un error de identificación que cometió y que le costó la vida a un niño, mientras que otros se refieren a los sentimientos que sienten al tener que escuchar las conversaciones más íntimas de los palestinos.
«Los soldados también son ciudadanos y también tienen una opinión política. Habría preferido que esta carta no existiera, pero ahí está, es una cosa normal», dijo el coronel de reserva Itamar Yaar, exvicepresidente del Consejo de Seguridad Nacional, al ser preguntado por la AFP.
Un responsable de seguridad minimizó el impacto de este «manifiesto de los 43».
«Lavan sus trapos sucios en público incluso antes de dirigirse al ejército. Es la prueba de que están en un proceso de activismo político más que en una voluntad de hacer que el sistema cambie», comentó este responsable bajo condición de anonimato, señalando que estas 43 personas representan menos del 1% del total de reservistas de la unidad 8200.