Isaac Bigio
Analista internacional
Es probable que se declare una cuarentena en Inglaterra, tal y cuál aconteces en otros países europeos.
A nivel global nos acercamos a los 300 millones de pacientes actuales y curados y de 5,5 millones de fallecidos por el COVID.
En la semana previa a navidad uno de cada 25 personas en Inglaterra contrajeron el coronavirus y se dieron más de 2,3 millones de casos de COVID en todo UK, un alza de más del 50% más con respecto a la semana anterior que fue de 1.4 millones de nuevos contagiados. Esto implica que en la quincena previa a la fiesta de Papa Noel el coronavirus nos regaló en una sola quincena alrededor de 3,7 millones de contaminados, un 6% de la población británica.
Desde el 25 hasta el 31 de diciembre los contagios se han ido multiplicando. En las últimas 24 horas se han dado 221,250 nuevos casos de coronavirus. Esto implica que cada día el COVID infecta a entre 200 y 300 británicos. No obstante, es de esperrarse que tras la noche que corre entre el 31 de diciembre y el 1 de enero la cantidad de nuevos contaminados por COVID supere amopliamente el cuarto de millón de almas.
Si bien esas cifras de enfermos es muy alta, la proporción de muertos es baja. Solamente se han producido 112 nuevos muertos por dicho virus en las últimas 24 horas, lo que implica apenas un 0.5% con relación a los nuevos pacientes.
Hasta la fecha tenemos 12,559,926 personas que en UK han tenido o tienen el COVID, casi un quinto de la población. De ellos 148,133 han muerto, un poco más del 1% de quienes fueron contagiados.
Las vacunas han venido logrando reducir la cantidad de muertos y de hospitalizados, pero no eliminar al COVID. Aparte de mi persona tengo muchos amigos cercanos que, pese a haberse puesto todas las dosis, han caído con el virus. Su nueva variante (ómicron) logra burlar muchas de estas y se esparce más velozmente.
Es correcto decir que el porcentaje de fatalidades ha bajado, pero la de contagiados ha crecido. Todo ello viene generando tremendas presiones al Servicio Nacional de Salud (NHS), gran parte de su personal en fiestas. Algunos hospitales vienen cerrando las visitas por el COVID.
De otro lado, muchas personas que se salvan de la muerte quedan con nuevos males tras el virus, incluyendo lo que se denomina el «Covid llargo» que es una serie de efectos a largo plazo.
El Primer Ministro Johnson evitó dar paso a una cuarenta antes de año nuevo para no perjudicar a la alicaída industria de los hoteles, restaurantes, bares y pubs, y para no generar más problemas internos en su partido (un centenar de parlamentarios conservadores votaron contra sus últimas medidas antes el COVID). No obstante, a medida que los casos se disparan, la temperatura baja y se acercan nievas de hasta 15 centímetros de alto, si Johnson no decrete medidas de urgencia pueda que sea cuestionado por permitir más enfermos y muertos.
A él se le acusa de ser responsable de que UK tenga más muertes por COVID que en todos los conflictos internos y externos que haya tenido este país durante las 7 décadas del reinado de Elizabeth II. Hoy, cuando en las encuestas está debajo de los laboristas, acaba de ser humillado en una elección para renovar un puesto parlamentario y hay probabilidades de que dentro de su partido se pidan internas para remplazarlo como líder y primer ministro, Johnson va a tener que actuar.
No debamos ser sorprendidos si para Reyes Magos ya se imponen fuertes medidas contra el avance del corona.
Se aconseja a todos evitar aglomeraciones, disminuir al máximo el uso del transporte público, siempre usar máscaras, lavarse a cada rato las manos, evitar tocarse los ojos, oídos, boca o nariz, y mantener una distancia de 2 metros con otras personas.