Por Laurent Lozano/Jerusalén/AFP
El secretario general de la ONU, sale Ban Ki-moon, for sale inicia este martes una visita de dos días a Israel y a los Territorios Palestinos para exhortar a sus dirigentes que pongan fin a la espiral de violencia de las últimas tres semanas.
Antes de su llegada, Israel destruyó en Cisjordania ocupada la vivienda de un palestino que había matado a una israelí a fines de 2014, a pesar de que Ban acababa de condenar vigorosamente esta práctica en un mensaje vídeo.
«En este período difícil hay que decir: ¡Basta!», dijo Ban en un mensaje muy crítico hacia israelíes y palestinos, a los que pidió mesura.
El mensaje y la visita de Ban, esta última anunciada a la AFP por un responsable de la ONU, forman parte de un esfuerzo diplomático reciente frente a la escalada de violencia que sacude a Jerusalén, Israel y los Territorios Palestinos desde inicios de octubre, y que hace temer una nueva intifada.
El secretario de Estado estadounidense John Kerry se entrevistará esta semana en Alemania con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y con el presidente palestino Mahmud Abas en Oriente Medio, posiblemente en Jordania.
Por otra parte, el ejército israelí anunció el martes el arresto de Hasan Yusef, uno de los principales dirigentes del movimiento islamista palestino Hamas.
Yusef, uno de los fundadores de Hamas, pasó varios años en las cárceles israelíes, de donde había sido liberado por última vez en junio pasado.
Poco después del anuncio de la visita del jefe de la ONU, el ejército informó que había abatido en Hebrón, Cisjordania, a un palestino que atacó con un cuchillo a un soldado israelí.
Los enfrentamientos cotidianos entre lanzadores de piedras palestinos y soldados israelíes, las agresiones mutuas entre palestinos y colonos israelíes y una ola de atentados anti-israelíes y anti-judíos han causado la muerte de ochos israelíes por un lado y de 42 palestinos y un árabe israelí por el otro.
También murió un eritreo, abatido por un agente de seguridad que lo confundió con un agresor.
«Las armas de las desesperación»
Los enfrentamientos son obra principalmente de una juventud palestina exasperada por la ocupación y la colonización, desilusionada por sus dirigentes, alentada por las redes sociales y estimuladas por las imprecaciones religiosas.
Ban se dirigió a esa juventud para decirle que la comprende y admitió la «incapacidad de la comunidad internacional de poner fin a la ocupación».
«No les pido que sean pasivos, pero deben deponer las armas de la desesperación», dijo Ban en su mensaje, dirigiéndose a los jóvenes palestinos.
Por otra parte, Ban dijo que comprendía la ira de los israelíes «cuando los niños no pueden ir a la escuela, cuando cualquiera que camina por la calle es una víctima potencial».
«Pero las guerras, los retenes, la dureza de la reacción de las fuerzas de seguridad y las destrucciones de viviendas no les asegurarán la paz y la seguridad», agregó Ban dirigiéndose a los israelíes.
Asimismo exhortó a los dirigentes de ambas partes a velar por el respeto de las reglas que rigen la ultrasensible Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, factor primordial de la actual tensión.
La Explanada, tercer lugar santo del islam, también es venerada por los judíos.
Netanyahu negó que quiera cambiar las reglas de funcionamiento de este sitio.
Pero Israel, cuyos habitantes están angustiados por los ataques, adoptó una serie de fuertes medidas para contener la violencia y castigar a sus autores.
El gobierno reforzó masivamente los efectivos policiales, ordenó filtrar el acceso de los palestinos de Jerusalén Este (sector palestino ocupado y anexado por Israel) y no entregar los cuerpos de los autores de agresiones abatidos por las fuerzas de seguridad.
Además comenzó la construcción de un muro provisorio para separar, en un sector de mucha tensión de Jerusalén, un barrio judío de otro palestino.
Netanyahu prometió además acelerar los procedimientos de destrucción de las viviendas de los autores de los ataques.
Esa práctica es criticada por los palestinos y por organizaciones de defensa de los derechos humanos, que la asimilan a un castigo colectivo.
A pesar de la oposición de decenas de jóvenes palestinos, los soldados israelíes destruyeron el martes por la mañana la casa de Maher al Hashlamun en Hebrón, Cisjordania.
Ese miembro de la Yihad Islámica fue condenado en marzo pasado por un tribunal militar a una doble pena de cárcel perpetua por haber matado a Dalia Lemkus, 26 años, habitante una colonia en Cisjordania.