Redacción Co Latino
Por primera vez, la Secretaría de Cultura de la Presidencia (SECULTURA) impartió una charla sobre la Masacre de Santa Cruz ocurrida en el cantón La Trinidad, Sensuntepeque, Cabañas, en el Instituto Nacional de Sensuntepeque en cumplimiento a las medidas de protección contempladas en la declaratoria de Bien Cultural de la Dirección Nacional de Patrimonio Cultural y Natural a través de la sección de Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI).
La antropóloga Ana Mata al grupo de estudiantes de bachillerato señaló que “la paz se firma el 16 de enero de 1992 y comienza un nuevo periodo en la historia de El Salvador. Como parte de esa nueva historia nace el programa de reparación de víctimas de graves violaciones a derechos humanos ocurridas durante el conflicto armado”.
La científica explicó que durante los 12 años de la pasada guerra civil, producto de las desigualdades sociales, miles de personas de la población civil fueron asesinadas en diferentes lugares del país, muchos de los cuales ya tienen declaratoria de Bien Cultural. Uno de ellos es Santa Cruz, donde en 1981, entre el 11 y el 14 de noviembre, unas 270 personas que huían del operativo militar Limpieza total fueron asesinadas. “La gente se fue a refugiar a una escuela y allí estaba el Ejército y les empezaron a disparar”, detalló.
“Nunca nos habían platicado de esto. Espero compartirlo con mis compañeros que no han estado aquí y con mis familiares. Ahora tengo mejor conocimiento”, dijo el estudiante de tercer año de bachillerato, Oswaldo Hernández.
“A nivel de estudios es necesario que ellos conozcan de lo ocurrido, porque son actos que no deben realizarse nuevamente. La historia reciente no se conoce mucho”, dijo el profesor Víctor Ramírez.
Asimismo, en la charla se mostraron publicaciones de la época, que dan cuenta de los operativos militares que se realizaron en la zona.
Valor histórico
Mata explicó que la declaratoria se dio por su valor histórico, al tratarse del lugar de la Masacre de Santa Cruz; por su valor simbólico, ya que representa la dignificación y resarcimiento moral a las víctimas; por su valor espiritual y religioso, al ser considerado por la población como un lugar sagrado; por su valor social, debido a que la manifestación cultural de la conmemoración que se realiza expresa organización social, solidaridad, cooperación y cohesión.
Para la protección y conservación del lugar de memoria histórica deberán seguirse los requerimientos técnicos establecidos en la Ley Especial de Protección al Patrimonio Cultural de El Salvador y su reglamento.
Según el documento, no se podrán desarrollar intervenciones en el Bien Cultural declarado sin contar previamente con la autorización correspondiente de Secultura, que podrá realizar las visitas e inspecciones técnicas necesarias. Para proteger el lugar solo se permitirán obras de construcción que dignifiquen la memoria de las víctimas, previa autorización de la Dirección Nacional de Patrimonio Cultural y Natural.
En agosto, la sección de PCI realizó dos charlas para la promoción y divulgación de esta declaratoria. La primera, en el Centro Escolar de San Felipe, en el cantón del mismo nombre. La segunda se llevó a cabo en la casa comunal del cantón Santa Marta. En total asistieron más de cien personas, entre quienes se encontraban sobrevivientes.