París/Francia/AFP
¿Una nueva decepción cargada de consecuencias? Desde la continuidad de Thomas Tuchel al riesgo de partida de su estrella Neymar, sin olvidar la sombra del fair-play financiero, el París Saint-Germain se encuentra en una situación peligrosa tras una nueva hecatombe en octavos de final de la Liga de Campeones.
– Peor que la remontada del Barça –
«Este año había visto de verdad buenos cambios», lamentó el brasileño Marquinhos. «Pero, no sé por qué, nos han eliminado en el mismo momento de la temporada».
El club parisino no comprende todavía cómo ha podido estrellarse otra vez. Porque desde la funesta remontada del Barcelona en 2017 se había puesto todo en marcha para que los propietarios cataríes vieran a su club brillar por fin en la Liga de Campeones.
Con la faraónica inversión de 400 millones de euros en el brasileño Neymar y Kylian Mbappé, unida a la llegada de un interesante entrenador como Thomas Tuchel, parecía que se había dado con la tecla, a juzgar por la buena imagen dada en Old Trafford (victoria por 2-0) en el partido de ida hace tres semanas.
Pero en el momento clave de la temporada se volvió a repetir la maldición. Neymar se había lesionado y el PSG, que jugaba la vuelta ante su afición y contra un Manchester United privado de sus mejores jugadores, se derrumbó de nuevo a las puertas de los cuartos de final (derrota por 3-1 el miércoles).
– ¿Se avecinan cambios? –
«Tengo confianza en el entrenador y en sus decisiones. No es el momento de tomar una decisión (sobre posibles cambios), hay que hacerlo con la cabeza fría», reflexionó el presidente del PSG, Nasser Al-Khelaifi.
Si bien el técnico alemán, que cuenta con un sólido apoyo de sus jugadores, no parece amenazado a corto plazo, la posición de Al-Khelaifi podría ser más débil.
Bajo los ojos del emir de Catar, propietario del club a través del fondo soberano QSI y presente en el Parque de los Príncipes, el club personificado desde 2011 por ‘NAK’ ha vuelto a decepcionar en el momento crucial.
Aunque es verdad que ha hecho crecer la imagen de marca del club a nivel internacional así como su influencia en las instituciones futbolísticas, el dirigente catarí aún no ha logrado catapular al París Saint-Germain a la élite europea, teniendo en los cuartos de final su techo.
Otra cuestión es el caso Neymar. Aterrizado en París para liberarse de la sombra de Lionel Messi y ganar el Balón de Oro, el jugador más caro de la historia ha visto marcada su trayectoria por dos lesiones y dos fracasos europeos.
¿Suficiente para alimentar los rumores de una salida anticipada?
«El Real Madrid es uno de los mejores equipos del mundo. A día de hoy estoy muy contento en París pero, en el futuro, todo es posible», dijo Neymar a la televisión Globo unos días antes del partido contra el United.
– Fair-play financiero –
¿Será el PSG capaz de retener a su joya brasileña? Más allá de los caprichos del jugador, es la situación económica del PSG lo que podría decidir su futuro.
El club parisino sigue bajo una investigación de la UEFA sobre el fair-play financiero (FPF), que prohíbe a los clubes gastar más dinero del que generan por su propia actividad.
Su caso fue cerrado en junio de 2018 pero se reabrió en septiembre de 2018.
El PSG ha impugnado esta «investigación exhaustiva» ante el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS), pues considera que ha respondido a los requisitos al generar unos 60 millones de euros de ingresos en el último mercado veraniego.
Su recurso ante el TAS tiene muchas posibilidades de llegar a buen puerto, pero el problema corre el riesgo repetirse en los próximos meses ya que el fair-play financiero prohíbe presentar un déficit superior a 30 millones de euros acumulados en los tres últimos ejercicios contables.
Es cierto que la llegada de un nuevo patrocinador en la camiseta, ‘ALL’ (grupo hotelero Accor), le dará un respiro con más de 50 millones de euros por año en las tres próximas temporadas.
Pero, necesitado de cerca de 150 millones de euros antes de acabar la temporada para amortizar los traspasos de ‘Ney’ y Mbappé según varios medios, por lo que el PSG puede verse obligado a vender a uno o varios jugadores al cierre del curso para evitar sanciones extradeportivas.