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Gloria Silvia Orellana @SilviaCoLatino Omar Efren Acosta habita en la comunidad del cantón El Roble, Suchitoto, Cuscatlán, integrante fundador de la Asociación de Permacultores, en su afán de preservar semillas criollas y nativas se ha convertido en el “Guardián de las Semillas”, junto a otros agricultores, tienen como interés el intercambio de semillas, la permacultura como método de cultivo y la preservación de las especies vegetales. “La gente tiene que apropiarse de esto, si quiere ser soberano en su alimentación. Debemos tener nuestras propias semillas y no hablamos solo de maíz o frijol, estamos hablando de amaranto, ayote, pepino, pipianes, tomates, porque sin duda todas las empresas quisieran tener las semillas solo para ellos y venderlas a nosotros”, explicó. REDES es la Fundación Salvadoreña para la Reconstrucción y el Desarrollo, que se organizó con el objetivo y compromiso solidario de acompañar a los actores locales en sus procesos de desarrollo socioeconómicos autogestionables, a fin de contribuir en la transformación de las comunidades, que acompañaron a miembros del Movimiento Permacultural de El Salvador, a la fundación del primer “Santuario de Semillas Criollas y Nativas”. Con estos lineamientos REDES da impulso al anteproyecto, de una Ley de Soberanía Alimentaria, presentado hace más de ocho años a la Asamblea Legislativa, el cual propone contar con una normativa legal que involucre la equidad de género en el acceso a la tierra, la garantía del derecho al consumo de alimentos sanos y nutritivos, el respeto al medio ambiente retomando conocimientos ancestrales de los Pueblos Indígenas, erradicar la especulación de los alimentos y medidas de gestión de riesgo de manera integral. “Tenemos que hacer un proceso de capacitaciones con los agricultores, sobre el tema de la selección y el cuido para las semillas nativas y criollas, para que adopten un proceso orgánico y así superar la agricultura convencional. Dejar lo que venden los agroservicios y esa ingeniería genética en semillas, que nos recomiendan ocupar y tienen una gran cantidad de químicos. Estamos capacitados para producir los organismos suficientes y así evitar, no solo la afectación del medio ambiente, sino también la salud de los habitantes, porque los productos de la semilla saludable, en un medio ambiente sin emisión de químicos, serán las mejores condiciones de vida para todos”, sostuvo. Sobre la “Permacultura”, Daniel Ernesto Morales, subcoordinador del Movimiento Permacultural de El Salvador, explicó que parte de la filosofía de una “agricultura permanente”, fue creada por Bill Mollison, de origen australiano, que realizó la propuesta de adoptar una ideología que incluye al hombre en la naturaleza sin vulnerarla. “La Permacultura trabaja con tres éticas: la primera es el cuido por la Madre Tierra, segundo, el cuido por la gente y la tercera el uso racional y equitativo de los recursos naturales, entonces la permacultura tiene que ver directamente con el rescate del conocimiento ancestral, el rescate de la naturaleza y la inserción de la especie humana dentro de la naturaleza. Que el ser humano no solo sea parte de ella, sino que la humanidad sea naturaleza, sin vulnerar los recursos que nos da la Madre Tierra, alimento, cobijo y vida”, expresó. La permacultura, reiteró Morales, es una enseñanza a las personas para trabajar en el rescate, preservación y un sabio manejo de esos bienes naturales como el agua, aire, tierra, así como, la protección de animales silvestres y domésticos, combinado con un trabajo contando con materiales naturales, desde la construcción de una casa y los alimentos. “Debemos tratar de condicionar a nuestra especie del ser humano, a esta filosofía de la permacultura, porque cuando ya vengan el bajón energético, estemos ya preparados para sobrevivir. El permacultor sabe que tiene hierbas para sanar, curarse, para alimentarse y la conservación de la semillas de forma natural, todo este conocimiento es un modo de vida”, sostuvo. En cuanto la preservación de las semillas, Morales, explicó a los permacultores, cuatro técnicas naturales, como el envasado al vacío: consiste en poner las semillas en un bote de vidrio, con un trozo o papel con fuego, que se combustiona por oxígeno, al taparlo de inmediato el fuego se apaga, queda sellado y ningún insecto podrá llegar por la falta de oxígeno con preservación de dos años. “Podemos preservar semillas con la técnica de excremento de vacuno, quemando una cantidad de estiércol de ganado para convertirlo en cenizas, la cantidad varía con respecto al número de semillas. La ceniza se mezcla con la semilla en el frasco de vidrio, es un recurso gratis y rinde un año de preservación. Tenemos la técnica del barnizado, que consiste en echar en una bolsa plástica una cantidad de semillas, le ponemos algunas gotas de aceite común y se revuelven. Las semillas quedan, barnizadas y los insectos no les va a gustar perforar una semilla aceitosa, tiene dos años de preservación”, comentó. Rolando González, técnico de la fundación REDES, consideró que el santuario de semillas criollas y nativas es muy importante porque es el primero en su finalidad, luego de un largo trabajo para involucrarse junto al Movimiento Permacultura de El Salvador y comunidades en este tema. “Desde el año 2013, comenzó la Mesa por la Soberanía Alimentaria, han habido logros de todas las instituciones que la componen. Y poco a poco, fuimos viendo la necesidad de ir ahondando en algunas prácticas, precisamente este Santuario de Semillas, es un peldaño más que subimos, porque ya contamos con el espacio físico para resguardarlas, más adelante agricultores y agricultoras lideresas y líderes, que estén involucrados en el tema de la Soberanía Alimentaria podrán venir, y conocer el santuario y fundamentalmente el intercambio de las semillas y su cultivo natural”, puntualizó.

Seguridad Alimentaria: la conservación de las semillas criollas y bienes naturales

Gloria Silvia Orellana
@SilviaCoLatino

Omar Efren Acosta habita en la comunidad del cantón El Roble, Suchitoto, Cuscatlán, integrante fundador de la Asociación de Permacultores, en su afán de preservar semillas criollas y nativas se ha convertido en el “Guardián de las Semillas”, junto a otros agricultores, tienen como interés el intercambio de semillas, la permacultura como método de cultivo y la preservación de las especies vegetales.

“La gente tiene que apropiarse de esto, si quiere ser soberano en su alimentación. Debemos tener nuestras propias semillas y no hablamos solo de maíz o frijol, estamos hablando de amaranto, ayote, pepino, pipianes, tomates, porque sin duda todas las empresas quisieran tener las semillas solo para ellos y venderlas a nosotros”, explicó.

REDES es la  Fundación Salvadoreña para la Reconstrucción y el Desarrollo, que se organizó con el objetivo y compromiso solidario de acompañar a los actores locales en sus procesos de desarrollo socioeconómicos autogestionables, a fin de contribuir en la transformación de las comunidades, que acompañaron a miembros del Movimiento Permacultural de El Salvador, a la fundación del primer “Santuario de Semillas Criollas y Nativas”.

Con estos lineamientos REDES da impulso al anteproyecto, de una Ley de Soberanía Alimentaria, presentado hace más de ocho años a la Asamblea Legislativa, el cual propone contar con una normativa legal que involucre la equidad de género en el acceso a la tierra, la garantía del derecho al consumo de alimentos sanos y nutritivos, el respeto al medio ambiente retomando conocimientos ancestrales de los Pueblos Indígenas, erradicar la especulación de los alimentos y medidas de gestión de riesgo de manera integral.

“Tenemos que hacer un proceso de capacitaciones con los agricultores, sobre el tema de la selección y el cuido para las semillas nativas y criollas, para que adopten un proceso orgánico y así superar la agricultura convencional. Dejar lo que venden los agroservicios y esa ingeniería genética en semillas, que nos recomiendan ocupar y tienen una gran cantidad de químicos. Estamos capacitados para producir los organismos suficientes y así evitar, no solo la afectación del medio ambiente, sino también la salud de los habitantes, porque los productos de la semilla saludable, en un  medio ambiente sin emisión de químicos, serán las mejores condiciones de vida para todos”, sostuvo.

Sobre la “Permacultura”, Daniel Ernesto Morales, subcoordinador del Movimiento Permacultural de El Salvador, explicó que parte de la filosofía de una “agricultura permanente”, fue creada por Bill Mollison, de origen australiano, que realizó la propuesta de adoptar una ideología que incluye al hombre en la naturaleza sin vulnerarla.

Omar Efrén Acosta, fundador de la Asociación de Permacultores, es un “Guardián de las Semillas”, con otros agricultores intercambian semillas, afín de apoyar el método de cultivo para la preservación de las especies vegetales.
Foto Diario Co Latino/Everardo Piche.

“La Permacultura trabaja con tres éticas: la primera es el cuido por la Madre Tierra, segundo, el cuido por la gente y la tercera el uso racional y equitativo de los recursos naturales, entonces la permacultura tiene que ver directamente con el rescate del conocimiento ancestral, el rescate de la naturaleza y la inserción de la especie humana dentro de la naturaleza. Que el ser humano no solo sea parte de ella, sino que la humanidad sea naturaleza, sin vulnerar los recursos que nos da la Madre Tierra, alimento, cobijo y vida”, expresó.

La permacultura, reiteró Morales, es una enseñanza a las personas para trabajar en el rescate, preservación y un sabio manejo de esos bienes naturales como el agua, aire, tierra, así como, la  protección de animales silvestres y domésticos, combinado con un  trabajo contando con materiales naturales, desde la construcción de una casa y los alimentos.

“Debemos tratar de condicionar a nuestra especie del ser humano, a esta filosofía de la permacultura, porque cuando ya vengan el bajón energético, estemos ya preparados para sobrevivir. El permacultor sabe que tiene hierbas para sanar, curarse, para alimentarse y la conservación de la semillas de forma natural, todo este  conocimiento es un modo de vida”, sostuvo.

En cuanto la preservación de las semillas, Morales, explicó a los permacultores, cuatro técnicas naturales, como el envasado al vacío: consiste en poner las semillas en un bote de vidrio, con un trozo o papel con fuego, que se combustiona por oxígeno, al taparlo de inmediato el fuego se apaga, queda sellado y ningún insecto podrá llegar por la falta de oxígeno con preservación de dos años.

“Podemos preservar semillas con la técnica de excremento de vacuno, quemando una cantidad de  estiércol de ganado para convertirlo en cenizas, la cantidad varía con respecto al número de semillas. La ceniza se mezcla con la semilla en el frasco de vidrio, es un recurso gratis y rinde un año de preservación. Tenemos la técnica del barnizado, que consiste en echar en  una bolsa plástica una cantidad de semillas, le ponemos algunas gotas de aceite común y se revuelven. Las semillas quedan, barnizadas y los insectos no les va a gustar perforar una semilla aceitosa, tiene dos años de preservación”, comentó.

Rolando González, técnico de la fundación REDES, consideró que el santuario de semillas criollas y nativas es muy importante porque es el primero en su finalidad, luego de un largo trabajo para involucrarse junto al Movimiento Permacultura de El Salvador y comunidades en este tema.

“Desde el año 2013, comenzó la Mesa por la Soberanía Alimentaria, han habido logros de todas las instituciones que la componen. Y poco a poco, fuimos viendo la necesidad de ir ahondando en algunas prácticas, precisamente este Santuario de Semillas, es un peldaño más que subimos, porque ya contamos con el espacio físico para resguardarlas, más adelante agricultores y agricultoras lideresas y líderes, que estén involucrados en el tema de la Soberanía Alimentaria podrán venir, y conocer el santuario y fundamentalmente el intercambio de las semillas y su cultivo natural”, puntualizó.

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