EL MAR NO ES
una piscina
el mar tiene vida propia
nomás sumergirse
y el cuerpo pierde fuerzas
a veces se avanza
a pesar se retrocede
Cae la tarde
con los pies en el agua
mira el mar, avanza unos pasos
se detiene:
ahora avanza el mar
y la rodea
De eso se trata, en la orilla
poseer
ser poseída
LA NADADORA EMERGE
rasga el agua con sus brazos
La cabeza se desplaza
sobre el filo del agua
el cuerpo, desde lo profundo
la acompaña
¿Qué distingue a la que nada
del pez recién nacido?
La que nada sabe que
es preciso
alcanzar la orilla
NO RECUERDO LA SONRISA DE MI PADRE
Aunque la enfermedad lo devoraba
siempre ponderé
la belleza de mi padre:
sus grandes ojos
sus manos alargadas
el aire irónico con que miraba el mundo
Desde su silla de ruedas
si alguien cometía una torpeza,
cosa frecuente dado el lugar
las circunstancias,
si me miraba en esas circunstancias
sonreía calladamente
yo tomaba ese gesto como una señal de bienvenida,
de ser parte de su mundo
Sin embargo
no recuerdo su sonrisa, digo,
lo material
de su sonrisa
¿Sus dientes eran amarillos
o parejos?
En el recuerdo
la sensación es de felicidad
pero la imagen congelada
al mirarme
es la sonrisa que ofrecemos al perro abandonado
que al cruzarnos en la calle nos sigue
mueve la cola, no nos muerde
Creo que es suficiente
con saber que mi padre sonreía
más allá del recuerdo
para poder creer en la regla de bondad
de todas las sonrisas
de todos los perros
de todos los padres de este mundo
POSTAL
Quizá sea el momento
de tener una casa, un hogar
un perro que nos lama
Estampita
del álbum familiar
lejos del centro
tuvimos una casa
postal imperfecta
faltó siempre
el animal doméstico
NIEVE
Hace días que el mundo es otro:
llueve en esta parte del mundo
y el aire es caldo
sensación de una cosa
que subiendo por la tráquea
enmudece, deja
la lengua como un charco
Hace días que llueve y me gustaría
saber si va a parar
y no lo sé
porque clavado en la pantalla
aparece siempre el pronóstico
de la ciudad donde estás
Grados temperaturas
nubecitas de colores,
hoy
y durante toda la noche
copos blandos empezaron a ocultar tu casa
si sigue así
mañana tendrás que palear la nieve
para poder salir
Aquí
la lluvia cesa y sale el sol
ruge como venido del infierno
una bocanada caliente y húmeda
que nada logra sofocar
Apuro el trago
dejo un hielo en la boca
y en la lengua estalla
tu parque nevado
Que la nieve del mundo
se lleve este ardor
Marta Miranda (Mendoza, Argentina, 1972)
Escritora, Magister en Escritura Creativa y gestora cultural. Publicó los libros de poemas Mea Culpa (Nusud, 1991), El Oleaje (Nusud, 1998), La misma piedra (Ediciones Del Dock, 2004), Nadadora (Bajo la Luna, 2008, 2º ed. 2018), El Oleaje y otros poemas, antología bilingüe (Ruinas Circulares, 2013), Antología (Cuadernos Amerhispanos, México, 2013), El lado oscuro del mundo (Bajo la Luna, 2015).
Dirige junto al escritor Ricardo Rojas Ayrala la Asociación Cultural VaPoesía Argentina desde donde organiza el Festival Internacional VaPoesía Argentina – literatura e inclusión.
Selección por: Claudia Jiménez
Psicóloga, actriz y gestora cultural