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Fieles católicos participan de la misa de Resurrección en Catedral Metropolitana, cerrando las festividades de la Semana Santa e iniciando el periodo Pascual. Foto Diario Co Latino/ Guillermo Martínez.

Semana Santa: momento de reflexión, devoción y alegría

@DiarioColatino

La Semana Santa recién terminó este domingo con una misa que celebra la resurrección de Jesús, treatment martirizado en una cruz por el imperio romano, cumpliéndose lo que estaba escrito en la Biblia: que vendría a sacrificar su vida para que todos nuestros pecados fueran perdonados.

En este periodo de la pascua se conmemora la ascensión de Jesucristo al cielo, después de vencer a la muerte y resucitar al tercer día, luego esperan 10 días más para celebrar la presencia del Espíritu Santo, quien unge a la humanidad para comprensión del amor de Dios y de su hijo Jesús.

Las actividades continuaron el día jueves, al celebrar el tradicional lavatorio de pies, que representa a Jesús, quien en un gesto de humildad lavó los pies a sus discípulos, asimismo les instó a servir a los demás, así como él lo hiciera con ellos.

Luego prosiguió la procesión del silencio, cuando Jesucristo es apresado por el ejército romano. Esta tradición es de mucha devoción en algunas ciudades de nuestro país, específicamente en Izalco, donde se une a la procesión de los cristos, de la comunidad indígena de dicho municipio.

En la actividad van representadas las 38 cofradías de la hermandad “Jesús de Nazareno”, donde llevan a 12 cristos representando a los discípulos que acompañaban al hijo de Dios. Las imágenes son cargadas por los miembros de la comunidad en las calles de Izalco, hasta llegar nuevamente a la Iglesia de la Hermandad.

Los feligreses, en la procesión que inicia a las 2:30 p.m. desde la ermita del nazareno, durante 16 horas recorren toda la ciudad acompañados por la imagen de Jesús flagelado.

Luego del recorrido llegan nuevamente a la capilla a prepararse para el Santo Vía Crucis, que dura toda la mañana de viernes, previo al Santo Entierro que se lleva a cabo en la noche.

En el evento que recuerda el camino de Cristo al Calvario, a través de catorce estaciones, la feligresía se mantuvo firme acompañando a Jesús con la cruz a cuestas, a pesar del intenso sol.

El ambiente se inundó de túnicas moradas, incienso, lágrimas y devoción. Seguidamente la feligresía participó del acto de la crucifixión de Jesús, adoración de la Cruz y el descendimiento.

Por la tarde, la procesión del Santo Entierro inició a las 5 p.m. en la parroquia Nuestra Señora de Dolores, ante una multitud congregada frente al atrio de dicha iglesia.

Con túnicas negras y el rostro cubierto nueve grupos de 40 hombres cargaron el anda con la imagen del Señor del Descendimiento, turnándose cada cuadra, que recorrió las principales calles del municipio hasta concluir en la misma parroquia a las 5:00 a.m del Sábado Santo, acompañado por la Virgen de la Soledad, San Juan, María Magdalena y Verónica. Las marchas fúnebres pusieron el ambiente de luto en la actividad, mientras la banda interpretaba melodías de compositores izalqueños.

Feligreses elaboran la alfombra frente a catedral metropolitana, el viernes santo. Foto Diario Co Latino/Jorge Rivera.
Feligreses elaboran la alfombra frente a catedral metropolitana, el viernes santo. Foto Diario Co Latino/Jorge Rivera.

El evento es organizado por la Hermandad del Santo Entierro de Cristo, que posee alrededor de 800 socios. Los izalqueños demuestran la creatividad elaborando alfombras en las calles para que pasen las procesiones, los materiales son diversos, sal, aserrín, flores, frutas, entre otras.

La Semana Santa culmina con la vigilia que celebra la resurrección de Cristo. El sábado por la noche ofician la Santa Eucaristía que inicia con la bendición del fuego para luego encender el cirio pascual y en la madrugada de domingo culminan con la procesión de Cristo resucitado.

En la mañana de domingo, en todas las iglesias del país se celebró la tradicional misa de resurrección. En Catedral Metropolitana el arzobispo brindó el mensaje de vivir con el cristo resucitado, con respeto a los demás.

Es así como culminó una semana de reflexión, en la que se hace el llamado de vivir en paz con el hermano y construir una sociedad en armonía en el que se superen las desigualdades.

Sábado Santo “la reflexión y silencio de la feligresía”

El sábado de Gloria es dedicado a la reflexión y el silencio, la feligresía entra a la iglesia con un espíritu renovado, para recibir la resurrección de Jesucristo.

En la Iglesia El Calvario, en San Salvador, inició desde la tarde, con la procesión de la Virgen de la Soledad, que es María acompañada del apóstol Juan, María Magdalena y  la Verónica.

 Aquí recuerdan el momento en que Jesucristo entrega al apóstol amado Juan como hijo de la Virgen María, con el propósito de que no quede sola ante su partida terrenal.

La Virgen María recorrió las principales calles de San Salvador,  a la espera del regreso de su hijo amado y donde cientos de salvadoreños con fervor y dolor  acompañaron la procesión, previo al cierre de las festividades religiosas de la Semana Santa que culminan con la resurrección de Jesucristo.

El Párroco de la Iglesia El Calvario Alfonso Guzmán dijo que esta procesión es el momento  para recordar y fortalecer la fe cristiana en silencio.

La procesión entra en la Iglesia El Calvario al final de la tarde, donde inician con la Vigilia Pascual,  con la bendición del Fuego y de la Luz, donde el párroco enciende un nuevo fuego, en alusión al cierre de la cuaresma y el nuevo renacer de Cristo en la vida de cada feligrés.

Viernes de cruxifición

Cientos de salvadoreños se congregaron en distintos  puntos de la capital para rememorar los pasos que dio Jesús hasta su crucifixión.

Los cantos, el olor a incienso y penitentes recorriendo de rodillas

varias calles en agradecimiento por milagros recibidos, se podían

apreciar durante los Vía Crucis realizados por las distintas parroquias ubicadas en el corazón de San Salvador, donde los feligreses meditaron los momentos y sufrimientos vividos por Jesús, desde que fue hecho prisionero hasta su muerte en la cruz y posterior resurrección.

Los católicos representaron el camino de Jesús hacia su muerte mediante 15 imágenes de la Pasión, mejor conocidas como “estaciones”.

“Ya tenemos como 40 años de poner la estación. Empezó mi mamá y después nosotras la seguimos poniendo”, comentó Arely, quien junto a sus hijas y hermanas, con gran devoción, colocan en una de las aceras de la calle de la Amargura, en San Salvador, la séptima estación, la cual representa la segunda caída del Señor.

Mientras tanto, en los contornos del parque Libertad, otro grupo de feligreses católicos que se congregan en la iglesia El Rosario realizaron otro solemne vía crucis, solo que compuesto por cinco estaciones, donde cada uno de los ministerios de la iglesia dramatizaron diversos pasajes de la Biblia.

En Apopa, las alfombras esperaban al final del día el paso de los fieles católicos que cargan sobre sus hombros la urna con la imagen de Jesucristo luego del descenso de la cruz.

Apopa no fue la excepción, pues cientos de católicos, entre niños,

jóvenes y adultos, se sumaron a la procesión del Santo Entierro, la cual se realiza como es tradición cada viernes Santo.

El Santo Entierro es una de las escenas más solemnes de la Semana Santa. Consiste en el descendimiento de la Cruz del cuerpo lacerado y sin vida de Jesús, para ser conducido al sepulcro.

“Este es uno de los momentos más solemnes porque vemos allí a nuestro Señor  ya sin vida, con su cuerpo ensangrentado cuando lo bajan de la

cruz. Todos andamos de negro en representación de ese luto por el sacrificio que hizo por nosotros”, comenta Marina Tobías, una fiel católica que, con una vela decorada con una imagen de “San Romero”, llegó hasta el centro de Apopa junto a su hijo y esposo, para reafirmar su fe participando en el acto litúrgico.

En el centro histórico de San Salvador también se realizó la actividad, la cual siempre cuenta con la  participación de un considerable número de feligreses. De forma simultánea en las parroquias de todo el país.

Las infaltables alfombras

Sal, aserrín, zarandas, rastrillos, flores, escobas, agua, moldes y tablones de madera, fueron parte de los materiales que no faltaron para la elaboración de las coloridas alfombras, que abre el paso de la procesión del Santo Entierro. Uno de los puntos donde esta tradición se vivió con mucho entusiasmo y dedicación fue el Centro Histórico de la capital. Allí,  asociaciones de vendedores informales, Boy Scouts, la alcaldía capitalina, y algunos cuerpos de socorro, toman las calles y elaboraron los llamativos tapices de diferentes tamaños y temas.

“Nuestra alfombra se llama La Bendición de Dios. Le pusimos así porque aquí estamos haciendo un homenaje a monseñor Romero. También hemos incluido a Chespirito con un mensaje llamando a la paz; también hemos hecho todas las banderas de los países que estuvieron en el mundial, como un llamado al mundo entero para recuperar nuestra naturaleza”, dijo Guadalupe Solano, miembro de Cruz Verde Salvadoreña, cuya alfombra, ubicada frente a catedral metropolitana, contenía diversos detalles y mensajes, e incluso, dedicaron un espacio a la Selecta Playera.

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