Alma Vilches
@AlmaCoLatino
Si bien el período vacacional de Semana Santa es un tiempo de asueto, que muchas personas lo ocupan para el descanso y la recreación, este momento es propicio dedicarlo a la oración y reflexión de los misterios de la pasión, muerte y resurrección de Jesús, quien ofrendó su vida por la salvación de la humanidad.
La Semana Mayor no debe ser solo un tiempo para descansar ni mucho menos para vivir una práctica de tradiciones superficiales, de una piedad vacía sin compromisos, sin tener frutos de conversión, podría ser utilizada para reflexionar en los cambios positivos de la vida personal, trabajo e incluso mundialmente.
Según el cardenal Gregorio Rosa Chávez, la Semana Santa es el momento para pensar en la vida de cada uno, mostrar el amor al prójimo y buscar el perdón de Dios a través de una buena confesión que lleve a la conversión. Asimismo, no se puede ser indiferente ante un mundo dividido donde hay guerras, violencia destrucción, desesperación y muchos tipos de sufrimiento.
“Qué difícil es concentrarse cuando todo el mundo habla de verano, fiesta, diversión, pero es importante estar de cerca con Jesús, aun estando lejos de los templos se puede meditar su palabra, hacer oración y obras de caridad. Jesús vino a unirnos como una sola familia para vencer las tinieblas del pecado y el poder de Satanás”, afirmó Rosa Chávez.
Este año, al igual que en 2020, continua la pandemia del COVID-19, eso supone restricciones y medidas anti-contagio durante la Semana Santa, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos envió a los obispos y a las Conferencias Episcopales de todo el mundo algunas orientaciones sobre las celebraciones de este tiempo litúrgico, para ayudar en su tarea de valorar las situaciones concretas y procurar el bien espiritual de pastores y fieles.
La Santa Sede sugiere facilitar y privilegiar la difusión mediática de las celebraciones presididas por el obispo y prestar especial atención a algunos momentos y gestos particulares, respetando las exigencias sanitarias, así que la misa crismal del Jueves Santo se puede trasladar a otro día más adecuado en el que pueda participar una representación significativa de pastores, ministros y fieles.
Para las celebraciones del Jueves Santo, Viernes Santo y de la Vigilia Pascual la nota explica que se aplican las mismas indicaciones del año pasado. Además, se anima a preparar subsidios adecuados para la oración en familia y personal, potenciando así algunas partes de la Liturgia de las Horas.