Carlos Girón S.
Hay seres humanos que habitan en nuestra Tierra, troche que parecieran no ser de aquí, sino aparecidos de otros mundos debido a su comportamiento raro. Aunque son idénticos físicamente a los terráqueos, muestran una consciencia espiritual muy diferente, elevada en alto grado.
Para no mencionar a otros de los muchos, no muchos, por cierto (tomando en cuenta que la Humanidad la formamos actualmente más de 7 mil millones de habitantes), que han dado muestras de una naturaleza y condición muy especiales, quiero referirme a Bill Gates, fundador de Microsof, Corp. La gigantesca compañía estadounidense de computación, una de las pioneras en el mundo. Me valdré de información brindada por el periodista Jorge Ramos, recogida en una entrevista que le hizo a este “ser extraterrestre”.
Dice Ramos que lo primero que hizo en la entrevista, de manera lógica, dado que Gates es considerado uno de los hombres más ricos del mundo, fue preguntarle cuánto dinero tiene. Bill respondió que su fortuna es de 70 mil millones de dólares (70 billones); eso, además de 28 mil millones (28 billones) que ha destinado a programas para salvar vidas en muchos países del mundo, especialmente países pobres.
Al mencionar que a sus hijos les ha dado lo necesario, con una buena educación, hizo una afirmación, para muchos, asombrosa. Dijo que el dinero que él y su esposa (Melinda) tienen, “le pertenece a la sociedad”, agregando que invertirán en descubrimientos y programas que ”realmente ayuden al mundo”. Dijo que con la ayuda brindada a la fecha se han salvador 8 millones de vidas, y que van a continuar con nuevos trabajos para otros descubrimientos de vacunas y medicamentos destinados principalmente a niños pobres en el mundo.
Gates sostiene y ha dicho que el dinero de su fortuna pertenece a la sociedad… una declaración insólita, propia de un extraterrestre, como digo. A pesar de que es fruto de sus maravillosos inventos y creaciones en el campo de la informática, con sistemas computacionales avanzada tecnología, él siente que no le pertenece, que ha llegado a sus manos sólo pasajeramente, como compensación a sus buenos sentimientos y que por lo tanto debe devolverselo a la sociedad.. El común de los mortales nos aferramos a lo que ganamos y creemos que es nuestro y de nadie más, y que podemos disponer de ello a nuestro antojo… sin acordarnos de los demás, de compartir, de llevar algo de alegría a seres necesitados, en especial, niños.
Sin duda alguna, Bill Gates tiene gran conocimiento de las leyes espirituales; ellas guían su conducta, su manera de pensar y sus acciones, su trabajo. Seguramente, conoce la antigua Ley de AMRA, según la cual, cuando se recibe un beneficio, de la índole que sea; cuando una oración o súplica pidiendo a Dios un favor es concedido, parte del beneficio recibido debe ser compartido con otros; de no hacerlo así, se cierran las puertas a otras peticiones. Se ve que Gates ha sabido cumplir con esta ley cósmica. Y, por lo visto, se propone seguir cumpliéndola para bien de la humanidad.
Se requiere una alta evolución de consciencia para tener ese desprendimiento, propio de almas que reconocen que el don más preciado que puede haber, la vida, nos ha sido otorgado como una gracia de Dios, sin que hayamos hecho nada para merecerlo… de igual manera, los frutos de la Naturaleza, los alimentos, el vestuario, y aptitudes para el trabajo, etc.
Gente tonta, cavernaria, de la que más abunda en este planeta, ha tenido la osadía de enrostrarle a Gates que, con eso, “está botando su dinero” …¡Miren!, igual a lo que piensan y dicen aquí en nuestro país muchísima gente, entre ella, nada menos que los candidatos presidenciales del partido de oposición que pretenden llegar a gobernarnos, quienes consideran que el vaso de leche, los útiles escolares, uniformes y calzado, que han recibido durante los 5 años de este buen Gobierno más de un millón 300 mil alumnos de escuelas públicas, ¡“es un desperdicio”!….
Gates ha respondido a esos estúpidos que lo que da es su dinero, y que por ello tiene la libertad de hacer con el mismo, lo que quiera… y lo que está haciendo, con su esposa, es algo bueno, grandioso, maravilloso: salvar millones de vidas humanas, y aportando al avance de la ciencia y la medicina, para contribuir a que nuestro mundo sea mejor. Considera que hoy en día el mundo está bien. Su buen corazón, su alma noble, sus ojos limpios no miran la maldad que otros siembran; no repara en tanto crimen en sus mil formas, que es provocado, no de generación espontánea.
Y, sobre lo que piensa y hace este gran humanitario, Bill Gates, ¿qué dirán los otros muchos millonarios que hay en el mundo? ¿Sentirán el impulso, el deseo de imitarlo? A saber, difícil adivinarlo, y sólo podemos suponerlo viendo a nuestro rededor los comportamientos de aquellos que tienen mucho y que quieren tener más, sin pensar en compartir con nadie, de ninguna forma, ni directa ni indirectamente….