César Ramírez
@caralvasalvador
La multicitada ofensa del presidente de Estados Unidos Donald Trump contra las naciones de Haití, El Salvador y 55 naciones africanas debe considerarse como una vergüenza para la humanidad, degrada a la nación norteamericana como nunca en su historia, le descalifica en su historia intelectual y conforma un antecedente moral condenable en su imagen mundial.
La comparación con la Alemania Nazi de los años treinta del siglo pasado es sorprendente, veamos algunos elementos generales: “1. La promulgación de extensas y severas restricciones legales a la existencia de los judíos en Alemania. 2. Ataques físicos e incrementos de los verbales contra los judíos, tanto espontáneos por parte de alemanes corrientes como orquestados por las instituciones gubernamentales y del partido. 3. Intensificación del antisemitismo en el seno de la sociedad. 4. Transformación de los judíos en seres “socialmente muertos”. 4. Un consenso de toda la sociedad sobre la necesidad de eliminar la influencia Judía de Alemania” Los Verdugos voluntarios de Hitler / Daniel Jonah Goldhagen – México: Ed. Santillana, 2005 – 752 p. en este ejercicio podríamos sustituir la palabra judío por emigrante: salvadoreño, haitiano, africanos, mexicanos “violadores y criminales” -Univisión 15JUN017 Trump-; además de alentar el nacionalismo estadounidense con la imagen nazi contra otros norteamericanos; ello fractura al pueblo norteamericano con el génesis de “nacionalidades en la unión estadounidense”; si bien este insulto es un agravio a la humanidad, también refleja el sentir y pensar de personajes rastreros, miserables o reaccionarios que celebran el insulto como arma contra el pueblo salvadoreño, tienen por bandera “Mi Lucha de Hitler” celebrando el asco nazi con éxtasis de holocausto.
El fin del TPS condena a la nación a la pobreza, a la separación familiar, al aumento de la violencia, a un alto grado de ingobernabilidad por la dificultad de asimilación de la fuerza de trabajo expulsada de Estados Unidos, con un previsible deterioro de las condiciones sociales del Estado.
Ante este escenario dramático se debe levantar la espada de la voluntad para conducir a todos nuestros compatriotas en Estados Unidos a luchar por su legalidad, a vencer las dificultades con el instrumento de la justicia, la defensa activa de sus intereses dentro y fuera de Estados Unidos, junto a una gran nación llamada El Salvador. Me siento orgulloso de haber nacido en esta tierra, pero también es mi Patria donde residen mis compatriotas, por ello he visitado naciones, he compartido el pan y el vino junto a familias que tienen una bandera azul y blanco en sus casas, somos un gran pueblo, ningún esporádico mandatario que insulte a nuestra nación podrá vencernos en nuestra lucha por la dignidad nacional y nuestro lugar en la historia de la humanidad.
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