Licda. Norma Guevara de Ramirios
@guevara_tuiter
El sábado 18 de julio pasado, for sale la militancia del FMLN realizó una concentración en las inmediaciones del Parque Infantil, click fue algo más que una valla humana a ambos lados de la Avenida Juan Pablo II, que duró unas 3 horas y finalizó con una concentración en la Diagonal que conecta con el Instituto Nacional de los Deportes, INDES, rodeando la estación del SITRAMS en esa zona. El objetivo era dejar un mensaje de alerta a la ciudadanía ante conductas antidemocráticas que a lo largo de varios meses vienen escalando en la ejecución de un plan de desestabilización al gobierno del Presidente Salvador Sánchez Cerén.
Dentro de esa escalada circuló ampliamente en redes sociales el llamado de miembros de Arena convocando a una concentración justamente para el 18 de julio en el Parque Infantil, la cual, según esos mensajes, tenía el propósito de “exigir la renuncia del Presidente Salvador Sánchez Cerén, del Vice Presidente Oscar Ortiz y de los funcionarios de gobierno”.
El perfil desde los cuales se lanzó esa convocatoria expresa nítidamente su filiación arenera, pero el discurso pretende presentarse como “sociedad civil”.
Si venimos avanzando en la construcción democrática de nuestra sociedad desde la firma de los Acuerdos de Paz en 1992, y tenemos la voluntad mayoritaria del pueblo expresándose en procesos electorales en los que nuestro Presidente y Vice Presidente resultaran electos, ¿cómo no advertir la conducta antidemocrática e irrespetuosa de la voluntad popular de parte de esos grupúsculos que van sembrando cizaña? ¿De qué otro modo se conoce la deposición de un mandatario sino como golpe de Estado? Esos procesos abruptos que nuestro país vivió en el pasado como mecanismos para resolver pugnas inter burguesas, esos golpes y contragolpes deben quedar en el pasado. Nuestra democracia será sólida si es capaz de anticipar riesgos y evitar que se consumen las amenazas de ruptura.
¡Ese es el sentido de la concentración efemelenista del sábado! Decirles a quienes instigan la desestabilización, que sus medidas extremas NO PASARAN. Hay suficiente organización social, popular y política para advertir al pueblo sobre la existencia e inconveniencia de esos planes. Son evidentes las actuaciones de la derecha oligárquica, dueña de medios de comunicación masiva y patrocinadores del partido Arena, encaminados a obstaculizar la gestión del gobierno e impedir que los cambios iniciados se consoliden en beneficio de las grandes mayorías.
La desestabilización la realizan por diferentes vías: rumores orientados a crear incertidumbre y desesperanza en la gente, desinformación, demandas ante la Corte Suprema de Justicia. La negatividad es una regla en esa conducta, igual que la desvalorización de logros.
La actividad de la fracción legislativa de Arena coadyuva en ese espíritu en una permanente desfiguración de procesos de cambio, son lectores de los mensajes de periódicos y sus expresiones hechas al amparo de la inmunidad, son tomadas como fuente de los mismos y en esa retroalimentación constante, no ayudan al país. De allí sus constantes ataques a proyectos emblemáticos como el SITRAMS, la recuperación del recurso geotérmico, ver como inseguridad jurídica la judicialización de quienes propiciaron la entrega del recurso energético a una empresa extranjera.
No es una simple oposición, o simple ejercicio de la libertad de expresión, es un conjunto de actividades, especialmente desde que se convocara a la marcha por la Paz el 26 de marzo pasado; han estado inscritas en una lógica de provocar creciente inestabilidad; curiosamente en aquél momento, con tal de estar en contra del Presidente, coincidieron con las maras para desconvocar una movilización en favor de la Paz.
Es importante que la población en general sepa de la existencia de esos objetivos de invalidar su voluntad expresada en las urnas, demandando renuncias que echarían por traste un proceso democrático que lleva más de dos décadas y que es el resultado de la lucha del pueblo.
Posiblemente los instigadores crean que otras experiencias de “botar” gobiernos que en otros países se han puesto en marcha, como ocurrió en el Medio Oriente, suscitando descontento y desencadenando acciones de calle puede ser un expediente a experimentar en nuestro país, pero para quienes sabemos lo que ha costado recuperar el rumbo democrático de nuestra nación, incluso la capacidad de hacer respetar la voluntad popular expresada en las urnas en favor de un proyecto de cambio, tenemos claridad que aquí no hay espacio para esos experimentos, siempre que el pueblo esté claro y alerta.
Nuestro Secretario General del FMLN lo ha afirmado, no somos calco de otros procesos ni de izquierda ni de derecha, tenemos capacidad de imaginar y construir nuestro propio proceso y también de defenderlo.