José Acosta
La Bayer, viagra pharm más conocida por la Aspirina y por su logo en forma de cruz, se fundó en agosto de 1863. Luego, en 1925, pasó a formar parte del conglomerado IG Farben, la mayor compañía europea por aquel entonces. Como parte de este consorcio, Bayer estuvo involucrada en los crímenes más crueles de la historia: durante la Segunda Guerra Mundial suministró el Zyklon B para las cámaras de gas de los campos de concentración. Otro gas inventado por la Bayer es el conocido como “gas mostaza” utilizado luego en el frente de batalla, violando así leyes internacionales. ¿El resultado? Más de noventa mil soldados y civiles murieron a causa de la guerra química instaurada.
El pasado criminal de Bayer no se reduce a su actuación vergonzosa en la Segunda Guerra Mundial; a lo largo de sus 150 años de historia ha envenenado los campos y provocado la muerte de plantas, animales y personas. En 1981 el Nemacur 10, un potente plaguicida creado por Bayer, provocó la intoxicación de por lo menos 60,000 personas y más de 700 víctimas mortales, en España. En 2001, 24 niños de una aldea en Perú murieron envenenados al tomar un sustituto de la leche en polvo que había sido contaminado con metil paratión. Este tipo de tragedias en las que la Bayer tiene responsabilidad directa han sucedido en muchos lugares del mundo.
Actualmente, Bayer es el segundo mayor productor de pesticidas, solo por detrás de Syngenta. Uno de sus productos es el glufosinato, semejante y peligroso como el glifosato de Monsanto. El principio activo de este herbicida puede dar lugar a malformaciones en el feto, por lo que está clasificado como tóxico reproductivo. Otro de los inventos mortales de Bayer es el endosulfán, plaguicida prohibido en por lo menos 60 países, desde hace 20 años. Sin embargo, Bayer sigue exportando este veneno que actúa atacando el sistema nervioso y los riñones, altera la circulación sanguínea y continuamente está provocando nuevas muertes.
Bayer también es responsable de la muerte de abejas en grandes cantidades, este fenómeno se comenzó a observar en el año 2006 y desde entonces ha acabado con un estimado de 10 millones de colmenas, esta tendencia amenaza los ecosistemas del planeta y puede generar una crisis alimentaria de grandes proporciones, ya que las abejas mueren dejando las flores sin polinizar y, en consecuencia, cae la productividad de alimentos. Un estudio realizado por la Harvard School of Public Health (Escuela de Salud Pública de Harvard) atribuye la causa de la extinción masiva de abejas a un tipo de pesticidas llamados neonicotinoides, producidos por empresas como Bayer. Sin duda, la Bayer ocupa una de los primeros lugares entre las empresas más contaminantes y criminales del planeta, detrás de la inocente Aspirina, existe una lista casi interminable de fármacos y venenos peligrosos. Además, en opinión de Philipp Mimkes, Director de la Coalición contra los peligros de Bayer, “Bayer viola principios democráticos, derechos humanos y políticas de equidad. Vigila y presiona a los críticos y financia a políticos de la derecha y sus seguidores”.
Luchar contra este poder admite pocas opciones; sin embargo, cada vez son más los campesinos que producen sin venenos; son más los educadores populares y los medios de comunicación alternativos que informan sobre estos peligros; son más las organizaciones y los movimientos sociales que levantan su voz contra quienes nos están envenenando impunemente.
La cruz de Bayer, bien podría simbolizar las muchas muertes provocadas por su venenosa industria. Pero también, la cruz recuerda la historia de un hombre que derrotó a un imperio… Nosotros no podemos perder la esperanza.