Samuel Amaya
@SamuelAmaya98
El Comité Nacional Monseñor Romero sostuvo que, si el mártir y Santo de América estuviera vivo, estaría denunciando los atropellos y violaciones a derechos humanos que el Gobierno de El Salvador comete con sus ciudadanos.
“Monseñor Romero, esperanza para los pobres, profeta, mártir y hoy santo, fue, es y seguirá siendo una esperanza para los pobres, esperanza que hoy por hoy en El Salvador quieren desaparecerla”, así inició la conferencia de prensa el Comité, este domingo, en las afueras de la cripta de Catedral Metropolitana de San Salvador.
Al colectivo le preocupa la forma sistemática en que el Gobierno Salvadoreño está quitando la figura de Mons. Romero, de aquellos lugares públicos, donde el pueblo lo recuerda y lo admira.
Primero fue a través de la Dirección de Obras Municipales (DOM), quien decidió quitar la estatua de Mons. Romero que se encontraba en la Plaza Universitaria al costado poniente de Catedral Metropolitana, “parece que le hacía estorbo al concepto moderno que se le está dando al Centro Histórico de San Salvador”.
Recientemente, en mayo de este año, fue el cuadro de Mons. Romero, en el Aeropuerto Internacional que lleva su nombre, fue sustituido por un mensaje de bienvenida a los visitantes: -Bienvenidos a la tierra del surf, de los volcanes y del café-. “En un claro desprecio a nuestro santo San Romero de América y del mundo”.
Dicho cuadro fue inaugurado el 16 de enero de 2014, y gozaba de medidas de protección cuyas disposiciones prohibía su traslado o reubicación sin un dictamen técnico.
Mientras que la iglesia de la actualidad no es la misma iglesia que la de Romero, pues ahora, la iglesia calla, anuncia un evangelio tibio, indeciso y pasivo, “Monseñor Romero se enfrentó con los poderes de este mundo. Por eso el poder político, económico y religioso se unieron para matarlo”.
En ese sentido, el sacerdote Trinidad de Jesús Nieto, vocero del Comité Nacional Monseñor Romero, dijo que “los obispos ahora en vez de denunciar la injusticia que cometen y la represión, van a legitimar un evento como la toma de posesión. Son los que monseñor Romero decía que no hablan y no predican el Evangelio”.
El arzobispo de San Salvador, Monseñor José Luis Escobar Alas, participó en la toma de posesión del presidente inconstitucional Nayib Bukele, el pasado 1 de junio, por lo que, indirectamente aceptó la violación a la Constitución de la República, ya que la Carta Magna prohíbe en al menos 6 artículos la reelección presidencial.
“Si Monseñor Romero estuviera vivo, estaría denunciando los atropellos y violaciones a derechos humanos en El Salvador”, consideró Héctor García, de la Comisión de Derechos Humanos de El Salvador y también miembro del Comité Nacional Monseñor Romero.
En ese contexto, el Comité informó que desconoce al Gobierno de Bukele “porque es inconstitucional”, pues “se ha roto la constitucionalidad del país, el mismo Bukele inicialmente manifestó que un presidente saliente no se podría volver a reelegir, no podía continuar ni un día más de su mandato y luego aparece con otro discurso mentiroso, engañoso y queriendo justificar su reelección”.
El Comité considera que se tiene a “un gobierno de facto”, que ha implementado un régimen de excepción por más de dos años, que lo único que busca “es mantener en zozobra a la población, se está militarizando el país, esto es peligroso para la democracia, porque se viola el derecho de organización, el derecho de expresión, la transparencia, el derecho de movilización y todo aquel que se atreve a criticar y cuestionar al gobierno es encarcelado”.
A manera de ejemplo, informaron sobre la captura de los veteranos de guerra detenidos los días 30 y 31 de mayo: Atilio Montalvo (Salvador Guerra), José Santos Melara Yanes (pepe), dirigentes de la Alianza El Nacional El Salvador en Paz, también como sucedió con los líderes comunitarios de Santa Marta y ADES.
La cifra de capturados con el régimen de excepción supera los 80 mil, más los 38 mil que habían sido detenidos antes del régimen de excepción, miles de ellos son inocentes. “La situación carcelaria es crítica e inhumana y no hay ninguna política carcelaria que demuestre la rehabilitación de los internos”, planteó el colectivo.
Muchos de los capturados, iniste el Comité, son personas inocentes, según un informe de Socorro Jurídico Humanitario, quien denuncia que, durante los dos años del régimen de excepción en El Salvador, se han detenido arbitrariamente a 26.250 personas que no han cometido ningún delito, mientras que se han contabilizado 241 muertes en las cárceles, entre ellas dos niños.
De acuerdo con datos del mismo gobierno, este reconoce que durante la vigencia del régimen de excepción han puesto en libertad a más de 7.000 reos capturados por falta de pruebas.
El colectivo también planteó las graves crisis económicas que enfrenta El Salvador, el alto costo de la vida y el aumento de la pobreza de El Salvador. “Este nuevo periodo de gobierno seguirá la misma dinámica del periodo anterior. No hay un plan económico, se seguirá endeudando más al país, se impondrán más impuesto, se quitarán subsidios, se seguirá saqueando el dinero de los ahorrantes de las AFP”.
Por lo anterior el Comité llamó al Gobierno para que tome medidas urgentes en torno a la grave crisis económica que vive la mayoría de la población salvadoreña. A la Iglesia salvadoreña, retomar el legado profético de Mons. Romero, que no pase de largo ante los problemas que enfrenta la mayoría del pueblo salvadoreño y a este último a exigir el respeto de sus derechos humanos, al aumento del salario mínimo y a la generación de fuentes de empleo.