Iván Escobar
Creció y vivió en un frente de guerra, cheap decease acompañado por hombres y mujeres que un día, diagnosis ante tanta represión de la dictadura militar en El Salvador, sick decidieron empuñar las armas y hacer valer sus derechos, ante una de las derechas más agresivas de la región centroamericana, y un ejército iracundo y represivo. A sus 44 años los recuerdos aún lo quebrantan, y los aflora en su memoria, también tomó la decisión de compartiendo esas experiencias que vivió en el pasado.
Lucio Vásquez, nació en el seno de una humilde familia del cantón El Huilihuiste, en el departamento de Morazán, al oriente del país. En medio de la pobreza, sus padres cimentaron en él, y sus hermanos, valores que hoy siguen presentes en su vida, y fueron fundamentales para sobrevivir al horror de la guerra de 12 años que vivió El Salvador, de la cual sobrevivió.
Es conocido como “Chiyo”, y llegó a la guerra a los 12 años, es decir, cuando muchos niños solo quieren jugar, divertirse y aprender de todo. Lucio, sin embargo, a esa corta edad ya había sufrido el dolor por el crimen de su madre, y la represión de un sistema dictatorial en el país que día a día acosaba y se ensañaba contra las clases más desprotegidas, los campesinos y obreros diariamente eran asesinados, despojados de sus propiedades y sus familias separadas por militares asesinos.
Pero “Chiyo”, ahora, a sus 44 años, dice que no odia a nadie. Y reconoce que si bien el país no está como lo soñaron cientos de hombres y mujeres que se fueron a la guerra, pero sí afirma que hay avances, y hay posibilidades de vivir en un mejor país.
Y compara que hoy en día la violencia que vive el país, sigue siendo producto de sectores interesados en que el país no logre la paz plena. Esa paz que se firmó en 1992, y con la cual muchos “compas” consideraron que todo iba a ser diferente.
Además, a las nuevas generaciones les relata una y otra vez estos hechos, no con el afán de vanagloriarse, sino de hacer conciencia y les precisa con ejemplos de aquella represión, “en los tiempos de la dictadura uno ni siquiera podía quedarse viendo a un guardia nacional o a un policía, porque ya era motivo de agresión”, relata.
En la guerra, “Chiyo” se especializó como radioperador en la Radio Venceremos, uno de los medios de comunicación clandestinos de la ex guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), también estuvo en el frente de batalla, y experimentó la muerte y el accionar despiadado del Batallón Atlacatl, una de las unidades del ejército salvadoreño, que sin piedad arrasaba con cantones o caseríos de humildes familias, o pueblos considerados “enemigos” por los sectores de poder de la época.
Su historia está plasmada en su libro “Siete Gorriones” que salió en 2012, con el apoyo del Museo de la Palabra y la Imagen, y del periodista franco-salvadoreño Sebastián Escalón Fontan, quien entramó las historias que “Chiyo”.
Recientemente, como parte de su trabajo de promoción y difusión de la cultura, el Centro de Artes Hermanos Aguilar, espacio cultura de la capital, fue presentado el libro de “Chiyo”, en donde compartió su historia, sus sueños, y sobre todo dejó en claro que la guerra le enseñó grandes lecciones, y su libro “solo es un material que ha revivido esa vida campesina, de la lucha que se pretende invisibilizar por todos los sectores de poder”, afirma.
Asegura que el documento carece de intelectualidad, “pero mi mente guarda esas memorias, y nunca perdí la esperanza de hacer el libro. Hoy lo puedo presentar ante ustedes”.
A la fecha. indicó que el libro lo ha presentado a más de 70 mil niños y niñas, a lo largo y ancho del país, “los niños son la fuerza de mi canto, de mi corazón”, reitera.
Recuerda en su historia mucho a su madre, mujer campesina de gran carácter que le enseñó a enfrentar los retos. Dice que cuando fue asesinada por parte del ejército, su vida se vino abajo, sin embargo la fuerza de su familia, y de los “compas” fue fundamental para sobrevivir.
Los episodios de la guerra los vivió en carne propia, persecución, bombardeos, fuego cruzado. Dice que sí valió la pena esa lucha, ese esfuerzo que cargaron muchos contra la dictadura militar, “eran 60 años de dictadura, eso derrotamos más de 80 mil salvadoreños y salvadoreñas que un día nos unimos y enfrentamos al poder oligárquico del país”, relata.
“Llevo el espíritu de mi madre, de mis hermanos, y de los miles de que murieron”, reitera. Y subraya que su historia es un homenaje a ese pueblo valiente, sufrido y llegó a una guerra ante tanta represión. “El Estado nos perseguía por todos lados”, comenta.
“Decidí quedarme en la guerrilla con una armónica y una hondilla”, así de simple lo cuenta ahora “Chiyo”, aquella gran decisión que marcó su vida para siempre. Con su libro trata de dar a conocer la visión de un niño que vivió, sufrió y sobrevivió a uno de los episodios más oscuros de los últimos tiempos. Sus historias en el seno de la guerrilla salvadoreña.