Ralph M. Lewis, F.R.C.
(Pasado Imperator de la AMORC)
Príncipe de la Paz
En todo el mundo del credo cristiano se celebra con gran alegría la época de Navidad, en rememoración del natalicio de Jesús el Cristo, y Él es la idea central de la celebración. El origen inmediato de la palabra Cristo es del latín Cristus, que a su vez tiene un origen griego. Se usa para traducir la palabra hebrea Mahsiah, que nosotros escribimos Mesías, y cuyo significado original es “El Ungido”.
La costumbre religiosa de los hebreos de ungir era en realidad heredada de sus antepasados, especialmente del antiguo Egipto y de Babilonia. Los profetas hebreos, mucho antes de la era de Jesús, hablaron de la venida de un rey o de un Mesías. Uno de los primeros en hablar de esa manera fue el profeta Isaías. Se decía que el Cristo, este Mesías particular, se revestiría de justicia y rectitud, no se dedicaría a la guerra ni a la conquista, y se referirían a él como “el Príncipe de la Paz”.
Durante el reinado despótico de Herodes, Rey de Judea, los judíos ansiaban la llegada de un Mesías personal, que los librase de la opresión y los abusos que estaban sufriendo. De hecho, todo el pueblo de Jerusalén aclamó a Jesús como el Mesías que tanto habían esperado cuando Él entró en esa ciudad. Es muy significativo ver que la manera en que Jesús entró en Jerusalén y los demás detalles relacionados con este hecho, estaban de acuerdo con las predicciones tradicionales acerca de la manera en que los Mesías debían entrar para liberar al pueblo.
El nacimiento de Jesús
Existen muchos cuentos, mitos y leyendas maravillosas en diversos países con narraciones de nacimientos misteriosos. En la mayoría de los relatos acerca del nacimiento de Jesús se dice que la madre era la esposa de alguna deidad o ser sobrenatural del cual concibió.
No debemos olvidar que Jesús tenía verdaderos hermanos y hermanas, quienes, según los datos, tuvieron un nacimiento muy natural. Él tenía cuatro hermanos, y algunas hermanas casadas, cuando fue bautizado por Juan. Entre los teólogos han habido grandes controversias en relación con el nacimiento virginal de Jesús. Las autoridades bíblicas han señalado el hecho de que la narración del nacimiento solamente aparece en los evangelios de Mateo y Lucas.
Pero lo importante no es que Jesús naciera de una virgen en el sentido literal de este concepto. Lo verdaderamente importante es que nos demos cuenta de que en Él se encarnó el Espíritu Divino; tal vez más que ningún otro ser humano, Jesús estaba imbuido con la consciencia espiritual. Desde el punto de vista del concepto místico, todos los hombres y mujeres son la encarnación del ser divino o espiritual.
¿Cuál es la fecha real del Natalicio de Jesús?
¿De qué modo se eligió el 25 de diciembre como fecha de la Navidad? ¿Es que Jesús nació ese día? La celebración del 25 de diciembre como fecha de Su natividad tuvo su origen en Roma, cuatro siglos después de Su nacimiento. Antes de ese tiempo, durante los primeros cuatro siglos de la Era Cristiana, la celebración de la Navidad tenía lugar el 6 de enero, fecha de la Fiesta de la Epifanía. Se trataba de la conmemoración, no del nacimiento de Jesús, sino de la visita de los Magos a Belén.
No importa que los hombres crean o no crean la narración de la natividad de Jesús según la exégesis cristiana. Mucho más importante es que para ellos, Jesús se convierta en un símbolo de los conceptos más nobles, hacia los cuales la Humanidad espiritualmente se encamina. Después de todo, lo divino ha de ser siempre lo ideal. Los ideales no pueden reducirse completamente a hechos concretos, puesto que de este modo estarían limitados a la materia objetiva de que se componen. Los ideales humanos han de elevarse más alto que los hombres que los conciben, ayudando a elevar sus propias naturalezas. El concepto espiritual es siempre la culminación del crecimiento moral de la humanidad, y representa las mayores alturas que ha alcanzado en una era determinada. La Navidad y la narración bíblica de Cristo, están entre los ideales espirituales más elevados y admirables que el hombre haya logrado concebir.