Gabriel Quintanilla
Aquí el sonido tiene otro silencio
uno más oscuro
casi invisible
pero llega a la misma hora
y se retuerce en cada rincón
y se acomoda en cada recuerdo
aquí el sonido tiene otro silencio
uno gris
uno con olor a vos.
De aquella noche solo queda ese silencio húmedo
y esa gente mirando de reojo,
de esa noche solo quedamos vos y yo,
yo mirando de reojo a esa gente
que mira de reojo
vos mirando ese silencio triste
y todos haciendo ese cuadro melancólico
de aquel adiós
de aquella noche.
Quizá nunca más vuelva a encontrarte
quizá nunca vuelva a ser el mismo
ahora solo soy un vago recuerdo
con un silencio lejano
que deja siglos en esa gente
que deja miradas en esa noche
ahora solo soy un silencio que busca poetas
en cada esquina
o quizá solo uno
uno
que vuelva a encontrarte.
Con vos podía dejar la lluvia
arrimada a una tarde.
Me quedé de este lado
con ese silencio que entra por esa luz
con ese silencio que apenas si cae al precipicio de la tarde
me quedé de este lado
porque se que aquí no hay cabida
para ese negro olor
de ese silencio gris
que dejó tu partida.
Escucho esa poesía que deja la lluvia
a las cinco de la tarde
escucho esa poesía que deja el olor del jardín
cuando llega la noche
pero ya no escucho esa poesía de tu mirada
pero ya no escucho la poesía de tus pasos en esas calles
ni escucho la negra poesía de esas negras noches
como cuando vos aún llegabas.
Crucé de nuevo esa mira
y ya no era igual
ya no estaba la vieja poesía
de la vieja tarde
de la vieja música
de la vieja amontonada
del viejo parque.
Aquel silencio tenía olor a humedad
humedad que llegaba
con olor a vos, desde el jardín
podría creer que era la lluvia
en las flores
o las flores en la noche
pero era un olor a vos
olor que llegaba
como aquellos años
con aquella música
pero era distinto
podría decirte que a la misma hora
sin decir cual
o donde
o en que
quizá en aquel muro
quizá en aquel lugar
pero no es igual
porque ya no es la misma hora
ni el mismo olor
ni la misma humedad
ni siquiera sos vos.
Quiero cambiar mi forma de escribir
no decir que estas en esta casa, por ejemplo
no decir que llegas con los vientos de octubre
o que te quedaste con esas ganas de diciembre
ya no,
quiero ver ese silencio
por la espalda
cabizbajo
sin rumbo
quiero decir
ya no haces falta
y escribir de otra cosa
que no sea de vos.
A veinte años
las cosas quizá envejecieron
y nosotros,
quizá perdimos una sonrisa en el camino
tal vez un te quiero
nos hicimos amigos
también enemigos a _veces_
a veinte años cualquier cosa puede pasar
una mirada fulminante
una sonrisa sin malicia
quizá un amor que acabe siendo amistad
con derecho de una noche
sin la picardía de un lugar prohibido
sin el valor de un trago
sin el esfuerzo de una primera vez
a veinte años falta todo
y a la vez no falta nada.
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