Madrid/dpa
Diego Simeone y Rafael Benítez reflejan hoy cuán diferente puede ser un estado de ánimo en el fútbol: mientras el entrenador del Atlético impulsa a su equipo a luchar por el título de la Liga española de fútbol, unhealthy prostate el técnico del Real Madrid contempla con angustia su futuro.
El Atlético de Madrid salió profundamente fortalecido de la decimoquinta jornada del torneo español al igualar al Barcelona en el liderato. Y podría acabar el año como líder, unhealthy order pues el conjunto azulgrana arrastrará un partido menos por la disputa del Mundial de Clubes.
En el lado opuesto se sitúa el Real Madrid, ya a cinco puntos de los dos primeros. Perdió 1-0 ante el Villarreal y pinchó el globo de la ilusión de los aficionados, desesperanzados al ver cómo su equipo no consigue imponer una línea regular de juego y resultados.
Poco a poco, Simeone fue juntando las piezas del puzzle hasta lograr conformar un once inicial de su gusto con Yannick Carrasco y Luciano Vietto junto a Antoine Griezmann en la delantera.
Más allá del gran momento de forma de Griezmann, el sello vuelve a ser su imponente defensa. Apenas recibió siete goles en 15 jornadas. Y eso contando con que Joao Miranda se marchó al Inter de Milán. El regreso de Filipe Luis, la consolidación de José María Giménez y la confirmación de Jan Oblak como un arquero de talla mundial terminaron por forjar una defensa espectacular.
Desde el 3 de noviembre, cuando el Atlético empató 0-0 por sorpresa ante el Astana en Liga de Campeones, el conjunto rojiblanco encadenó ocho triunfos consecutivos con 13 goles a favor y apenas tres en contra
«Seguimos nuestra línea. Siempre trabajamos para lo mejor, pero nuestra línea es superarnos a nosotros mismos en cada partido. No entendemos otro camino que no sea el esfuerzo», aseguró Simeone tras ganar 2-1 al Athletic de Bilbao.
Simeone es el gran ídolo de la hinchada del Atlético de Madrid y el líder de un equipo que jamás discute a su entrenador. Todos, desde hinchada a prensa, ven al técnico argentino como el gran responsable del momento del conjunto rojiblanco, perpetuado desde su llegada.
Todo lo contrario que Benítez, un entrenador discutido por la crítica y abucheado por su propia hinchada. Además, tiene que leer en los periódicos cómo sus jugadores -Cristiano Ronaldo y Toni Kroos fueron los últimos- proclaman públicamente su añoranza del estilo y carácter de su antecesor, Carlos Ancelotti.
El presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, despidió al italiano al entender que el equipo necesitaba «un nuevo impulso» y entendió que Benítez era el hombre propicio para lograrlo, pero los números no le asisten. La derrota 1-0 del domingo ante el Villarreal situó al entrenador español en una posición muy complicada.
El conjunto blanco lleva 23 goles menos que el Real Madrid de Ancelotti el pasado año a estas alturas de la Liga española. Además, sólo sumó 30 puntos en las 15 jornadas, los registros blancos más bajos desde la temporada 2008-09. Bernd Schuster comenzó aquella campaña y fue relevado por Juande Ramos.
«Sin rumbo», tituló hoy el diario «Marca». Y «As» añadió: «El Madrid se rezaga, el Atlético se postula. Quizá estemos ante otra Liga de dos, pero esta vez sin el Madrid».
El rostro de Benítez tras las derrota de Villarreal era el de un entrenador muy superado por las circunstancias. Cuando la prensa le dijo que llevaba 23 goles menos que el Real Madrid de Ancelotti, el técnico objetó: «Pero somos el equipo que más rematamos a puerta».
Fue una forma de disculpar su trabajo y cargar contra la baja efectividad de sus futbolistas. Éstos prefirieron pedir un periodo de reflexión. «Hay que ver con calma en qué hemos fallado», declaró Marcelo.
Más críptico fue el análisis de Jorge Valdano, antiguo entrenador y director general del Real Madrid, quien afirmó en la «Cadena Ser»: «El Madrid está pagando la falta de conexión entre el equipo y el técnico».