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Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino
“La importancia de la educación ambiental que me ha enseñado, primero, a manipular los desechos sólidos en la comunidad, porque así cuidamos la naturaleza, y también a cuidar el río y producir nuestros alimentos”, manifestó, Reina Esperanza Vardales, residente de la Zona Sur de Jujutla, Ahuachapán.
“Como comunidades estamos aprendiendo y educándonos de ya no tirar la basura en las calles o en las riberas de los ríos, de las que dependemos, pero esto es una lucha que debe hacerse a diario”, reiteró Vardales.
Cada 26 de enero se conmemora el Día Mundial de la Educación Ambiental, que tiene su origen en los programas del Sistema de Naciones Unidas (ONU) desde 1975, que busca que los pueblos cuenten con suficiente conocimiento y aporten soluciones a problemas ambientales, sociales y económicos para mejorar las condiciones de vida.
En el área rural una de las contaminaciones más impactantes son los agroquímicos que afectan la tierra, el agua y el aire de grandes asentamientos que trabajan la agricultura de sustento familiar, junto a la agroindustria como el cultivo de la caña de azúcar que contamina con el madurante “glifosato”, un agente altamente tóxico y reconocido cancerígeno para el ser humano.
“Creo que la educación ambiental no solo es para la zona rural, es también para las ciudades, porque mucha de esa basura desemboca en cuerpos de agua, pero aquí el papel más importante es del gobierno o el Estado, que debe de aplicar la ley de medio ambiente y multar a quienes no la cumplen”, afirmó.
“En la zona rural también tenemos la contaminación de plástico, un ejemplo las embotelladoras de bebidas gaseosas o agua embotellada generan plásticos que va a parar al medio ambiente, contaminándolo. Entonces, deben ser sancionados y prohibir también este tipo de envase, mejor el de vidrio que es retornable y nosotros educándonos volveríamos a un orden de esa disposición”, explicó.
Sobre la Educación Ambiental, Vardalres agregó que es esencial para “generar conciencia”, la que les ha servido para sensibilizar a la población en las comunidades sobre nefastas consecuencias de no dar protección al entorno de sus hogares y el territorio.
“Al hablar de Educación Ambiental en las organizaciones comunitarias -me refiero- a los comités de mujeres, comités de agua, grupos religiosos, que pueden ser católicas o evangélicas, es allí, donde trabajamos y hemos visto que todos tenemos ese deseo de contribuir y aportarle a la naturaleza, porque de ella vivimos”, acotó.
Vardales agregó que al aplicar una base de conocimientos a través de una red de organizaciones comunitarias dan cuenta que cuando cuidan sus mantos acuíferos, comprenden que protegen sus ríos. Que al realizar campañas de limpieza están velando por un bien común como el agua y la tierra, y que al cuidar las cuencas hidrográfica le están brindando una oportunidad a los bosques tanto de galería como salados y protegiendo sus vidas.
“No podemos seguir viendo que llega gente a talar árboles -no podemos intervenir- viene con un permiso del ministerio del MAG o MARN, es un permiso legal. La comunidad no puede hacer nada, pero si la propaganda dice (el gobierno) que rinde cuentas y no le gusta la corrupción, entonces, que investiguen estos permisos porque la gente que tala el bosque le han cobrado para hacerlo”, sostuvo.
“La situación ambiental en el país es difícil y grave. Ya no estamos contando con agua como antes, ahora los ríos en verano son quebradas de invierno, ¿Por qué no le estamos apostando al medio ambiente?, necesitamos un ley que restrinja estos abusos, nos estamos quedando sin agua, entonces, todos debemos contribuir y eso se hace con educación ambiental”, agregó Vardales.
Mientras, Nahomy Dueñas, antropóloga social de UNES, agregó que la educación ambiental más que un proceso formativo o una transmisión de conocimientos, se trata de un “proceso práctico y de acción”, en la búsqueda de generar a través de la sensibilización y generación de una conciencia ecológica a la sociedad en general.
“Esa conciencia ecológica y de los disintos procesos prácticos van a ir en función de la naturaleza -es decir- tomar acción desde una práctica que sea sustentable para el medio ambiente”, alegó.
“Hay que entender que por supuesto hay más seres vivos, que deben ser tratados con respeto y no se limita la fauna, sino también la flora y lo que esto implica el respeto al agua y la biodiversidad con la que estamos conviviendo y dejar la idea antropocentrista”, señaló Dueñas.
Sobre la Educación Ambiental, agregó Dueñas, era importante tomar en cuenta como sociedad tomar conciencia la “relación dialéctica” en la que el ser humano está en armonía con la naturaleza..
“Considero que al igual que demandar que se cumpla la protección de la naturaleza, los marcos normativos en las instancias correspondientes, pues debe existir este proceso de sensibilización y conciencia una tarea que inicia desde lo individual para influir en lo colectivo, y es así que con distintas acciones iremos construyendo conciencia ecológica”, argumentó .
“A parir de esto, es nuestra responsabilidad. Claro, el Estado debe cumplir la la normativa, pero debemos seguir defendiendo el territorio, y llevar esta acción que nos da la educación ambiental, y llevar a la par la incidencia que es exigencia de continuar el apoyo a las luchas históricas, la resistencia de pueblos indígenas, de mujeres que defienden el territorio y la naturaleza, porque sin ella no hay vida”, concluyó Dueñas.
